madrid. El debate abierto en el PSOE sobre una hipotética sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero de forma inminente y que se ha intensificado en las últimas semanas ha caído como un jarro de agua fría en numerosas federaciones socialistas que temen ver perjudicada su propia precampaña electoral por un debate que tape sus iniciativas es a las puertas de unas elecciones municipales y autonómicas.
En esta tesis coinciden dirigentes de las federaciones de Cantabria, Castilla León, Asturias, Andalucía, Aragón, Galicia, Murcia o País Vasco, además de Cataluña, que no ven "sensato" abrir ahora este melón y apuestan porque el futuro de Zapatero se dilucide después de los próximos comicios de mayo.
Así lo explican numerosos dirigentes socialistas de varias federaciones, que ven cómo el trabajo que están desarrollando de cara a la campaña electoral puede verse eclipsado si no dejan de ponerse de manifiesto las continuas especulaciones al respecto que, en algunos casos, atribuyen a las "ansias" de algunos por suceder a Zapatero o por colocarse en esa carrera. "Esto responde a intereses de unos u otros, pero no a los del partido", señalaba uno de los consultados.
Nadie quiere que un posible debate sucesorio se mezcle con su campaña porque temen que, al final, los discursos acaben siendo en clave nacional y que lo que aparezca en los titulares de los medios de comunicación sea si a un acto u otro han ido Carme Chacón o Alfredo Pérez Rubalcaba, en lugar de la oferta electoral que se hace en cada CCAA.
Y si el debate sobre la posible sucesión incomoda en los territorios, la posibilidad de que se abrieran unas primarias antes de las elecciones del 22 de mayo es considerado por los consultados como una auténtica locura, entre otras razones, porque ellos también tendrían que pronunciarse sobre la persona a la que apoyan para suceder al presidente y tendrían que hacerlo en medio de una campaña electoral.
En este sentido, afirman que si Zapatero anunciara su decisión antes del 22-M, este se quedaría en una situación de provisionalidad, de interinidad, sobre todo ante asuntos de gran calado como la participación militar en Libia o la posible intervención de Portugal, que se agravaría con una oposición pidiéndole todos los días que convoque elecciones de manera inmediata. Una situación de estas características, precisan los consultados, se traduciría en mayor debilidad para el partido.
Algunos aseguran que sería el colmo que les perjudicara la situación interna del partido. Otros opinan que el debate sobre la sucesión es "absolutamente improcedente", ya que, en las actuales circunstancias, no debe haber "ni la más mínima duda en relación al liderazgo, porque sino se traslada a los ciudadanos un mensaje de inseguridad.