vitoria. Mari Mar Blanco y Rodolfo Ares mantuvieron ayer otro interesante fuego cruzado que reveló los límites de lo que PP y PSE entienden como líneas rojas de su pacto; en este caso, con el tratamiento que la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo da a este colectivo como telón de fondo.
La portavoz popular lanzó una dura diatriba contra el consejero de Interior en la que no evitó acusar al equipo que dirige Maixabel Lasa de haber "indignado" a las asociaciones de víctimas al pedirles "generosidad" en la búsqueda de la paz. "No se puede presionar así a las víctimas", la ilusión no puede llevar a "buscar atajos", advirtió severa.
Ares respiró profundo, negó la mayor y trató de restañar el desencuentro. Pero antes, exigió que nadie cometa la "infamia" de cuestionar el compromiso ético de su departamento ni de Lasa y advirtió: "no son las víctimas las que deciden la política del Gobierno".