ramala. La ciudad palestina de Nablus, en el norte de Cisjordania, quedó cercada ayer por el Ejército israelí, que lanzó una amplia campaña de busca del asesino de una familia de cinco israelíes en una colonia judía cercana.

El Ejército ha arrestado a una veintena de palestinos, desplegado controles en todos los accesos e impide la entrada y salida de la urbe a cualquier vehículo palestino, según testigos citados por la agencia palestina Maan. Puestos de control militares en torno a Nablus que habían sido evacuados en los últimos meses, como Huwara, Taneib o Al-Badhan, han sido ocupados de nuevo y reforzados con retenes.

Los soldados extendieron la búsqueda a aldeas cercanas, como Awarta, donde han instaurado el toque de queda tras declararla zona militar cerrada.

La agencia oficial palestina Wafa aseguró que decenas de colonos judíos atacaron las localidades de Hawara, Burin y Asira, en represalia por el atentado. La oficina de prensa del Ejército se limitó a confirmar que las tropas estaban efectuando "inspecciones de seguridad en diferentes partes" de Cisjordania y "rastreando la zona en busca de sospechosos", sin confirmar número de arrestados o redadas en localidades palestinas.

El ataque, cometido alrededor de la una de la madrugada hora local (23.00 GMT), es el que más víctimas israelíes ha dejado desde marzo de 2008. Rompe además una dinámica de actos violentos contra israelíes puntuales en comparación con la frecuencia del inicio de la pasada década, en los años más duros de la Segunda Intifada. El Grupo Imad Mugniye, una milicia que se presenta como parte de las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa y que se atribuyó de forma confusa varios ataques en los últimos años, asumió al mediodía la autoría del atentado. "Esta operación heroica es parte de la respuesta natural a las masacres de la ocupación fascista contra nuestro pueblo en Cisjordania y la franja de Gaza", señaló el grupo en una octavilla enviada a la prensa por correo electrónico.

Una de las primeras condenas fue la del primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Salam Fayad, quien manifestó su "rechazo completo de la violencia, independientemente de la nacionalidad de las víctimas".

Pese a la condena, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusó a la ANP de incitar a la violencia contra los israelíes en las escuelas y los medios de comunicación y pidió, en un mensaje difundido por su oficina, que las fuerzas de seguridad de la ANP que colaboren en la búsqueda de los culpables.