"España no puede competir en el mundo con unas comunidades autónomas que aspiran a ser miniestados". El expresidente del Gobierno José María Aznar reabrió con esta sentencia un debate que se demuestra episódico en el Estado español; el de la viabilidad del Estado de las Autonomías 33 años después de ser diseñado. "El modelo necesita una profunda reforma", remachó Aznar. De la misma forma, su antecesor, Felipe González, recogió el guante desde el PSOE para proponer "un plan de ahorro relativamente sencillo: que nos quedemos con la administración local, la autonómica, la estatal y la de Bruselas, y que suprimamos las intermedias", es decir, las diputaciones. Si en otro tiempo no muy lejano fueron las "continuas exigencias nacionalistas" o "la amenaza de ETA" las que llevaban a determinados portavoces de PP, PSOE y UPyD a plantear este debate, ahora la crisis económica se ha convertido en el argumento perfecto para resucitar la reclamación de una cierta recentralización que "corrija las desviaciones" originadas en estas décadas. Pero, ¿se trata de un debate real? ¿Qué opinan sobre él los partidos vascos? Sus portavoces parlamentarios se retratan ante DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA en una conversación a siete voces en la que se revelan significativas diferencias y coincidencias de criterio, pasadas claro por el tamiz preelectoral.

¿modelo superado?

Del éxito del modelo a la reforma "jacobina"

UPyD es el partido que se posiciona más claramente ante esta cuestión. "Siempre hemos defendido la reforma del Estado de las Autonomías para llegar a un federalismo cooperativo en el que se devuelvan algunas competencias al Estado y todas las comunidades tengan las mismas", explica su portavoz en el parlamento, Gorka Maneiro.

A partir de ahí, llegan los matices. PP y PSE coinciden en defender el actual como "un modelo de éxito" que ha logrado "equilibrar" a los diferentes territorios, pero también en apuntar que el paso de los años ha descubierto "deficiencias" que se deben corregir. ¿Cómo? Para el portavoz parlamentario del PP vasco, Leopoldo Barreda, no metiéndole mano al actual dibujo, pero sí "suprimiendo lo innecesario". "Igual no hacen falta 17 defensores del pueblo, uno por cada comunidad", apunta.

Su homólogo en la bancada socialista, José Antonio Pastor, prefiere marcar distancias con el discurso popular, en el que advierte "una cierta nostalgia del Estado unitario", y se decanta por abrir una reflexión "sobre la llegada a un Estado federal profundizando en el modelo autonómico".

El portavoz jeltzale, Joseba Egibar, coincide en la necesidad de plantear la llegada de un modelo federal, pero con el importante matiz de que los pueblos que se adhieran a él lo hagan por su propia voluntad, ya que lo contrario sería convertir nuevamente el Estado en "una cárcel de naciones". "El Estado debe abordar esta reflexión, pero para volver al intento de encaje de las nacionalidades históricas que se intentó hacer en el 78 y no se hizo por miedo. La unidad de España sería más unidad si todos los pueblos deciden libremente ser parte de ella. Lo demás es imposición y un foco de conflictos", resume Egibar.

Y es que la brecha que se reflejó en el desarrollo de la reforma estatutaria que promovió el Ejecutivo tripartito en la pasada legislatura sigue sin cerrarse y la capacidad de decisión del pueblo vasco, su "derecho a decidir" se erige de nuevo en el elemento que separa los discursos de PP, PSE y UPyD de los del resto de partidos de la Cámara.

Como recuerda Aintzane Ezenarro, que ese debate "haya sido pospuesto" por la cerrazón de estos partidos en el Congreso no significa que haya desaparecido. Y, a su juicio, sigue siendo más que necesario en una coyuntura en la que el respeto a los derechos históricos de Euskadi debería impedir que se imponga la tesis uniformizadora del viejo "café para todos".

En todo caso, para la portavoz de Aralar éste no es "un debate real". "No creo que se vayan a plantear más involuciones explícitas después de lo que supuso la LOAPA. Se hacen implícitas aprobando leyes que invaden competencias exclusivas de las comunidades autónomas, pero creo simplemente que quienes aún creen que se fue demasiado lejos con el Estado de las Autonomías agitan ahora estos fantasmas con la excusa de la crisis para hacer contrapeso a reivindicaciones democráticas de naciones como la nuestra".

Desde EA, Juanjo Agirrezabala comparte la opinión de que estos debates beben de quienes piensan que el Estado "abrió demasiado la mano en 1978", lo que a su juicio abre "un cierto riesgo de involución". Por eso, aboga por "superar el modelo vigente y avanzar hacia la independencia" como único antídoto a la "limitación del autogobierno" que el Estado impone a Euskal Herria.

Por último, el portavoz de Ezker Batua, Mikel Arana, defiende que se acometa "el último proceso de descentralización para cumplir los Estatutos en su integridad" como paso previo al "federalismo de libre adhesión" que su formación defiende. "En el estado español sigue pendiente un debate serio sobre el modelo de Estado, ya que el actual se conformó en las circunstancias en las que se conformó. Y ha llegado la hora de hacerlo", concluye.

el futuro

¿Puede, o debe, quedar algún día cerrado este debate?

Desde estas bases que reflejan las posturas que cada partido ha defendido históricamente, el futuro se abre como una incógnita. ¿Si Mariano Rajoy llegara a La Moncloa, la corrección de esas desviaciones se reflejaría en un recorte competencial como el que plantea UPyD? "No. Los dos grandes partidos nunca nos lo hemos planteado. No se hará nada que suponga tocar la Constitución", asegura Barreda.

Pastor también rechaza esta posibilidad, y apunta al clima electoral para explicar las "voces" que escucha desde el PP. Un partido que, a su juicio, deja que se eleven para sujetar el voto de "esa derecha ultramontana que aboga por un sano regionalismo que poco tiene que ver con el Estado autonómico".

"En el Estado, todos los argumentos van a ser útiles" en la lucha entre PP y PSOE, adelanta Egibar, antes de reclamar a ambos partidos que "no pierdan el tiempo en estos debates estériles" y se centren en consensuar un "modelo de crecimiento económico" que ayude a combatir la crisis. Pero, al margen de los embates electoralistas, queda suspendida en el aire una duda sobre este debate: ¿quedará algún día definitivamente resuelto? Sólo UPyD reclama que esto sea así "como es en el resto de países europeos. Es precisamente lo que nosotros defendemos", subraya Maneiro. Los demás portavoces coinciden en que "definitivamente" es mucho decir y que "el melón" que se abre cuando se plantea la configuración del Estado de las Autonomías es tan difícil de cerrar que el diálogo y la búsqueda de acuerdos seguirá siendo imprescindible en el día a día. Flexibilidad y grandes pactos construidos desde el respeto a cada ámbito de decisión parece ser la única receta que los parlamentarios vascos ven para ir bregando con esta cuestión, aunque eso suponga que los matices que cada uno defiende a continuación para tejerlos conviertan el modelo de Estado en el centro de un debate que se antoja interminable.