Argel. Seif el Islam, hijo del líder libio, Muamar el Gadafi, afirmó ayer que la situación en Libia es "excelente" en las tres cuartas partes de su territorio, aunque aceptó que existe "una voluntad interior de cambio" en el país, al tiempo que anunció "reformas" en todos los niveles de la administración. En una entrevista con la cadena emiratí Al Arabiya, Seif el Islam Gadafi reconoció igualmente que han existido "errores en la gestión de la crisis" y aseguró que "hace falta una negociación amistosa para hacer una nueva Libia".
"No hay futuro para los libios al margen de la reconciliación, ya que hay que construir la Libia de mañana", señaló quien, hasta antes de la rebelión que sacude el país desde hace diez días, era considerado el más probable sucesor de Gadafi al frente del poder. Asimismo, anunció "cambios en todas las esferas" de la administración y recalcó que el país está "en un cruce de caminos" y que "hay que construir otra Libia".
"La situación en las tres cuartas partes del país, que representan la mitad de la población, es normal, excelente", sostuvo y añadió que la incitación a la revuelta "viene del extranjero, incluso si hay una voluntad interior de cambio". El delfín de Gadafi volvió a acusar a los líderes de la revuelta de "terroristas". "No quieren una Constitución. No quieren derechos humanos. No quieren libertad. La población está asustada porque esa gente tiene armas. Esto tendrá que acabar pronto", apuntó.
niega que haya mercenarios El segundo hijo de Gadafi rechazó los testimonios que aseguran que mercenarios extranjeros a sueldo del líder libio están sembrando el pánico en el país y recalcó que los enfrentamientos son entre ciudadanos. Seif el Islam manifestó, además, que algunos oficiales están apoyando las protestas por "miedo o por objetivos personales" y que "el pueblo libio no tiene futuro si no llega a un acuerdo". No solo negó la existencia de mercenarios, sino que rechazó las cifras de cientos de muertos y los bombardeos, asegurando que se vive con normalidad "en las tres cuartas partes del país". El este libio se liberó del poder de Gadafi el pasado 21 de febrero, mientras que la lucha continúan en algunas zonas del oeste y, principalmente, en Trípoli, donde ayer la situación era de tensa calma. La población de la capital, donde está atrincherado Gadafi, se ha recluido en sus casas, desde donde describen escenas de horror y guerra.