Pamplona. Waleed Saleh Alkhalifa es un escritor iraquí, profundo conocedor de las sociedades árabes. El intelectual analiza las protestas masivas que se están viviendo en países como Túnez y Egipto y señala que Europa y EEUU mantienen una postura tímida y poco clara ante la situación del mundo árabe.

Los jóvenes egipcios son una pieza clave en las revueltas populares de las últimas semanas. ¿Piden una sociedad más libre?

No cabe ninguna duda. En este momento, con la revuelta o revolución que se está llamando en los países árabes, sobre todo lo que ha pasado en Túnez, lo que está pasando en Egipto y espero que pase en otros países de la zona también, realmente el móvil fundamental es económico. Hay centenares de miles de jóvenes, tanto si son universitarios o no, que tienen una vida sin garantías, es decir, están en unas circunstancias de falta de seguridad hacia el futuro, falta de posibilidad en el presente de formar una familia, poder tener una vida digna, y eso es fundamental.

Otro sector social importante en las protestas son las mujeres, ¿cuál es su papel?

Es esencial: una sociedad está formada por hombres y mujeres. La mujer siempre ha sido la base de la sociedad. ¿Cómo nos podemos olvidar de nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras esposas, nuestras amigas? Siempre han estado al lado de los hombres y muchas veces delante de ellos. Hay países con muchas viudas y el país lo llevan las mujeres, lo han llevado durante mucho tiempo, cuando hubo guerras, realmente las mujeres han sido el motor esencial de la vida social, de la vida política.

¿Cuáles son las diferencias entre la población egipcia y las sociedades de otros países árabes?

La gente no vive realmente este margen de libertades que viven otros pueblos en occidente o en otros países asiáticos. También las circunstancias permiten que vayan a tener éxito estas revueltas y pueden cambiar las circunstancias desde el punto de vista político.

¿Cómo han cambiado los derechos y libertades en lo últimos años?

El fracaso de las diferentes respuestas políticas de los países árabes en las últimas décadas ha causado que algunos derechos, sobre todo de minorías y de la mujer que habían conquistado estas sociedades, los han perdido. Esto ocurre porque grupos islamistas muy poderosos se han hecho con el espacio público y la sociedad ha ido marcha atrás, en vez de avanzar.

¿Repercute la situación política en los derechos y libertades de las personas?

Todo indica con claridad que la situación política repercute, positiva o negativamente, dependiendo del gobierno de turno. Si hay libertades y hay regímenes democráticos sin ninguna duda será muy positivo para estas libertades personales, para los derechos humanos, para la relación de pareja.

¿Qué implica que las movilizaciones sociales no hayan conseguido apartar a Hosni Mubarak de la presidencia de Egipto?

Importa sin ninguna duda que Mubarak siga ahí y me da mucha pena porque ese señor tenía que haberse marchado ya. Lo que ocurre, la situación en Egipto, como en toda la zona, es que no tiene marcha atrás, ya no va a ser como hace un mes o dos meses. De ninguna manera. La gente ha perdido el miedo a las autoridades. Han visto que las dictaduras a pesar de su potencia aparente son frágiles, porque no tiene apoyo social.

Hosni Mubarak lleva 30 años en la presidencia de Egipto. ¿Qué diferencia este caso del de otros países musulmanes?

Están poniendo como coartada el miedo contra los Hermanos Musulmanes, contra los islamistas, etcétera. No es el caso en absoluto. Egipto, como se ha visto con claridad en todas las manifestaciones que hemos visto estos días que han sido multitudinarias no ha habido de esta gente con turbantes, con barbas, con el Corán, sino todos jóvenes, laicos, jóvenes liberales, absolutamente occidentalizados en muchísimos valores. Su contacto básico ha sido la prensa, Internet, la telefonía móvil, Al Jazeera...

Los medios de comunicación están siendo claves en las movilizaciones. ¿Cuál es su importancia real?

Se olvida por completo que Al Jazeera lleva desde el año 1994 funcionando y ha unificado mucho tanto a árabes como a musulmanes. A diario lo ven, en situaciones normales, 80 millones de seres humanos en el mundo, hoy en día, en estas circunstancias, lo están viendo en torno a 220 millones. Su postura con Mubarak ha sido maravillosa y hay que reconocerlo.

Las revueltas de Túnez, Yemen y Jordania se extendieron a Egipto. ¿Qué factor ha determinado las protestas?

No es la única vez que el mundo árabe reclama sus derechos, también ha habido centenares de miles de hombres y mujeres que han reclamado derechos en muchos momentos y que han sido encarcelados, maltratados, marginados, ha habido auténticos liberales y laicos toda la vida.

Entonces, ¿qué diferencia hay entre aquellas movilizaciones de las actuales?

Las circunstancias no han sido favorables, lamentablemente. Tenemos que ver un poco el mundo occidental, cómo ha actuado: han tenido clientes ahí. Esos regímenes corruptos y podridos son realmente amigos de occidente y de EEUU, no son amigos de sus pueblos de ninguna manera. Los pueblos no han importado nunca. Han importado estos líderes que gobernaban porque es muy fácil tratarlos y trabajar con ellos. A Israel le viene mucho mejor tratar a un Hosni Mubarak que a un gobierno elegido democráticamente.

El Gobierno de Mubarak está el punto de mira. ¿De qué le culpa?

El Gobierno está provocando un miedo contra los Hermanos Musulmanes que, queramos o no, y a pesar de la importancia que tienen, no dejan de ser una minoría. Si mañana hubiera elecciones libres en Egipto como mucho iban a tener entre el 20% y el 30% de los votos, lo que quiere decir que entre el 70% y el 80% van a ser gente que no tiene nada que ver con la religión. Por qué vamos a tener miedo.

La oposición más organizada en Egipto es la de los Hermanos Musulmanes. ¿Cuál cree que es su punto fuerte?

Están diciendo una y otra vez que ellos no son el modelo de Bin Laden, no son el modelo de Irán, sino más bien es el modelo de Turquía. Todo el mundo musulmán hoy en día está reclamando el modelo de Turquía y yo estoy a favor de esto.

¿Cómo cree que será la transición democrática en el mundo árabe?

Las cosas no son tan sencillas y no son tan fáciles. Sé que la gente necesita mucho tiempo, necesita no sé si años, décadas, hasta llegar a una madurez en el sentido de saber cómo tenemos que actuar, cuáles son los valores democráticos, de admitir los derechos de los demás, todo necesita mucho tiempo y mucha educación. No cabe ninguna duda, las cosas no cambian de la noche al día siguiente, necesitan tiempo.

¿Qué papel juega Occidente en la situación actual?

Tiene una postura poco clara, tímida, a medias palabras. Lo digo con mucha pena, con mucho dolor. Las palabras de Obama no dejan de ser palabras, no pasan a los hechos, él tenía que haber retirado definitivamente su apoyo a Hosni Mubarak. No puede ser esta media postura. Su representante va a El Cairo y dice que sin Mubarak no se puede hacer nada. Esto es una vergüenza. Y luego la UE todavía peor, la postura es todavía más vergonzosa la de la UE, todos los países no saben llegar a un acuerdo, pero es un asunto claro: cuando ves que hay dos bandos, uno de corruptos, de criminales que están instalados en el poder desde hace 40 años, robando, masacrando, machacando, y está el pueblo reclamando derechos, ¿con quién estás? No tiene vuelta de hoja.