Acaban de iniciar el debate para redactar el Estatuto del político vasco. ¿Cree que los políticos son unos privilegiados, como se les acusa desde muchos foros?
Todo el mundo se cree que tenemos la jubilación máxima garantizada y no es así. Hace poco escuché a un parlamentario que decía, "ni más derechos ni menos". Ahora estamos en menos, porque no tenemos derecho a paro y estamos cotizando a la Seguridad Social. Nuestras condiciones laborales son totalmente distintas, no tenemos baja de maternidad, aunque podamos delegar el voto, ni tenemos baja de nada. Yo creo que simplemente habría que resolver el tema del paro.
¿Cómo llevan la convivencia en la Mesa entre PP, PNV y PSE?
Tengo unos compañeros de mesa que no es que faciliten las cosas, porque cada uno defiende sus intereses y lo hace muy bien, pero que saben separar la gestión del Parlamento de la política, y ahí somos una piña. Lo bueno de esta Mesa es que podemos encontrar ese momento en el que dejamos de lado el partidismo y nos ponemos mejorar nuestras infraestructuras, Internet, y tantas otras cosas. Eso ha sido fundamental para avanzar en aspectos que se han hecho y que me han dejado hacer, como por ejemplo la última exposición, Euskara, jalgi hadi plazara. Yo hice todas las gestiones, lo planteé en la Mesa y no hubo ningún problema, siendo yo minoría. También en otras casos he planteado cosas y no lo han visto adecuado.
¿Cree que el Parlamento puede estar alejado de la realidad en comparación con otras instituciones?
Alejado no, es verdad que no tienes esa relación tan directa con el ciudadano, eso sí. Pero en esta legislatura estamos debatiendo de todos los temas, de lo más variopinto, hemos debatido sobre la situación de un colegio de Beasain, de Itziar, y eso es bueno. Y además se realizan actividades de cara a los ciudadanos, como esta exposición. Me gustaría invitar a la gente a que vaya a disfrutarla hasta el 31 de marzo, porque este libro de Beñat Etxepare es el primero impreso en euskera, toda la cultura anterior era oral.
Es una etapa en la que se ha multiplicado el volumen de trabajo, de iniciativas que tramitan en la Mesa. ¿A qué cree que se debe?
Las mesas son interminables, pero porque hay muchas preguntas por escrito y solicitudes de información, no hay tanta actividad para plenos. Hay mucho control al Gobierno, algo que hemos hecho todos, para tenerle contestando y que no haga otras cosas. Otros parlamentos con la misma población que nosotros no tienen tanta actividad.
¿Es difícil convivir con el resto de administraciones en una comunidad tan particular en lo institucional como la vasca?
Se nota. Incluso cuando presentas una iniciativa siempre tienes en cuenta a tus compañeros de la juntas y los ayuntamientos. Es una arquitectura más complicada, pero tenemos que conseguir que funcione, en materia de servicios y ayudas sociales, por ejemplo. Es un tema en el que lo paso mal en los debates, me encantaría hablar, pero me siento reconfortada porque en esta legislatura me están dando la razón, antes me decían que criminalizaba a los perceptores. Ahora que me toca verlo desde arriba, ha habido veces que me he tenido que levantar e irme, de las cosas que estaba oyendo. En todo caso hay que mejorar mucho, los ayuntamientos necesitan más medios, pero este engranaje puede funcionar bien, no hay que suprimir ninguna administración. Si hubiera menos duplicidades, si todos supiéramos cuándo un ciudadano ha entrado en una institución, ahorraríamos muchísimo dinero, y con las nueva tecnologías se puede hacer.