vitoria. La determinación de qué postura debían mantener los portavoces del PNV ante los casos que ponen en duda la rectitud de la gestión desarrollada por parte de la cúpula del partido en Álava ha generado una intensa mar de fondo que amenaza su unidad interna.
El presidente del Euzkadi Buru Batzar, Iñigo Urkullu, apostó casi desde el principio por que el PNV se distanciara radicalmente de las presuntas irregularidades que se investigan en casos como el de Miñano o De Miguel, llegando incluso a pedir a los imputados que dejaran sobre la mesa el carné del partido para que su militancia no fuera utilizada para dañar la imagen del conjunto del partido. Eso sí, sin dejar de defender la presunción de inocencia que les debe proteger hasta que los tribunales dictaminen lo contrario. Sin embargo, la actitud que ha encontrado en la dirección del partido en Álava no acaba de casar con la postura marcada desde Sabin Etxea.
por separado El presidente del EBB solicitó recientemente al presidente del Araba Buru Batzar una reunión para tratar sobre este asunto y establecer una pauta de respuesta común, que se debería haber reflejado en la convocatoria de una rueda de prensa conjunta. Sin embargo, ante los "problemas de agenda" alegados por Gerenabarrena, Urkullu optó por marcar impronta en solitario aprovechando la presentación de candidaturas del pasado domingo como forma de establecer un cortafuegos ante el "acoso" político de unos adversarios que olieron desde lejos la sangre del que será su rival en unas elecciones que se antojan tan trascendentales como apretadas.
Un día después, Gerenabarrena convocaba una comparecencia de urgencia en el ABB en la que, si bien hizo suyo el rechazo mostrado por Urkullu, también insistió en avalar a los imputados y rechazar que deban dejar el partido al menos hasta que los tribunales se pronuncien sobre la implicación de quienes no dejan de ser algunos de los que él mismo eligió para ser sus más estrechos colaboradores.
Una prueba de este rifirrafe interno que proyecta una vez más la exigencia de dos almas -una la de Urkullu; otra la de Gerenabarrena que, precisamente como las dos representantes jeltzales en la comisión del caso Miñano, se enmarca en el sector Egibar- está en las webs del entorno jeltzale, donde el debate sobre la actitud del ABB ante estos asuntos está al rojo vivo. Mientras algunos internautas defienden que todos estos casos no han sido más que "un burdo montaje" y advierten de que "el partido se equivocaría" si ceja en su defensa a ultranza de los imputados para permanecer "inmaculado", e incluso se confiesan "defraudados" por la reacción marcada por el EBB, otros abogan por "acatar la decisión" de su Ejecutiva al tiempo que los moderadores llaman a no "echar más leña al fuego" infructuosamente.