vitoria. Iñigo Lamarca dio a conocer ayer a conocer un pormenorizado informe en el que señala que sigue recibiendo quejas sobre presuntas prácticas de torturas o malos tratos infligidos a personas detenidas a las que se aplicó el régimen de incomunicación. A la vista de las observaciones hechas al Estado español por organismos internacionales, estudios empíricos llevados a cabo en los últimos años y sentencias del Tribunal Constitucional y del de Derechos Humanos de Estrasburgo, el Ararteko asegura que "en la aplicación de la detención incomunicada en España no se han producido avances significativos" desde 2004, cuando abogó por eliminar este régimen de arresto que se aplica por ejemplo a detenidos por terrorismo.

Entre las medidas que propone Lamarca destaca que las grabaciones a los detenidos incomunicados sean sistemáticas, como hace la Er-tzaintza, mientras que la Guardia Civil y la Policía Nacional sólo filman en algunos casos, en función del criterio de los jueces. El Ararteko reclama que estas grabaciones cubran todas las dependencias policiales y lugares de detención, incluidos los vehículos en los que se traslada al detenido, dado que muchas de las denuncias aseguran que los malos tratos comienzan cuando son trasladados en coche tras su arresto. También pide que esas grabaciones incluyan sonido para descartar presiones o abusos mediante interrogatorios "informales" y sin presencia letrada.

El Ararteko cree que tanto la defensa como las instituciones de garantía de los derechos humanos deben tener acceso a esas grabaciones, al margen de que el detenido interponga denuncia o no por torturas, y que los vídeos tienen que conservarse durante "un plazo general cierto" para evitar casos como el ocurrido el pasado mes de mayo, cuando la Policía vasca alegó que ya había destruido unas imágenes filmadas tres meses antes.

Respecto a la asistencia letrada, pide que, aunque el abogado que asista al detenido incomunicado sea designado de oficio, tenga acceso a él desde el inicio de la detención y no sea sometido a interrogatorio alguno sin presencia del letrado.