vitoria. Los ecos del acto que albergó el Palacio Europa llegaron hasta los Emiratos Árabes, donde el lehendakari, Patxi López, lidera un grupo de trabajo con el que los empresarios vascos buscan ampliar su margen de negocio.

A pesar del compromiso de los firmantes con las vías pacíficas, López mantuvo intacto su discurso y preguntó a los firmantes "por qué no rechazan hoy mismo la violencia". "¿Por qué no desde hoy mismo se exige la desaparición del terrorismo y de cualquier connivencia con la violencia?", insistió antes de dirigirse especialmente a "una fuerza democrática como Eusko Alkartasuna" para cuestionar por qué no impone esta condición "para pasar cuanto antes esta página macabra de la violencia" antes de firmar esta suma de fuerzas. "Me parece que debemos ser más exigentes en este sentido", concluyó.

Por su parte, el portavoz de Hamaikabat, Joxean Rekondo, se valió de la firma de este pacto para justificar su escisión de EA y afirmar que esta formación ha abandonado "definitivamente el nacionalismo histórico".

el nivel de la exigencia Precisamente dónde situar ese listón que impide volver a la legalidad a la antigua Batasuna fue la clave que ayer enfrentó a socialistas y populares.

Después de que López admitiera que este sector avanza en la buena dirección, y ayer mismo le invitara a seguir por ese camino, su portavoz, Idoia Mendia, le pidió "más claridad" en su plante ante ETA. Sin embargo, la popular María Dolores de Cospedal se enfrentó a López, "muy preocupada" por sus palabras, aseverando que a esta sensibilidad "no hay que integrarla" en la legalidad sino "desintegrarla".