Donostia. El presidente de Hamaikabat (H1!), Iñaki Galdos, reconoció ayer haber actuado "con ciertas dosis de ingenuidad" al pensar que el acuerdo electoral entre su formación y el PNV "iba a ser mucho más sencillo". Según afirmó el dirigente, el pacto es a día de hoy casi imposible "no por culpa de H1!, desde luego".
Cuestionado por los problemas que impiden la coalición, Galdos prefirió no detallar en exceso en la entrevista que concedió en Radio Euskadi, pero sí señaló que no es "cuestión de química", sino que H1! no puede aceptar el planteamiento del PNV, que buscaría una "absorción" o una "integración".
Galdos, dispuesto a colaborar más allá de las elecciones si en las conversaciones todavía pendientes con el EBB no hay acuerdo, cree que H1! es un partido "infinitamente más pequeño" que el jeltzale pero que "tiene mucho que decir a la ciudadanía vasca" porque no conviene que "el nacionalismo institucional pueda estar sólo en manos de un partido" porque su espectro ideológico es "muy plural".
El oficialmente candidato de H1! a la Alcaldía de San Sebastián, después de que "los trámites pertinentes" se hayan cumplido dentro de su formación, admitió en la entrevista que "se han enfriado las expectativas" respecto a posibles pactos electorales con el PNV.
Críticas a Garaikoetxea El presidente de H1!, escindida de EA hace año y medio, respondió a las críticas del expresidente de esta formación Carlos Garaikoetxea. Para Galdos, que respeta muchísimo al lehendakari, la "gestión de partidos de Garaikoetxea deja mucho que desear. Si fuera él, me preguntaría por qué la gente que le rodeaba en aquellos gloriosos años ya no piensa como él".
Por otra parte, se mostró crítico con la "utilización" que, a su juicio, se hace ahora del término "soberanista". "En esa clave estamos todos. Yo no soy menos soberanista que Rufi Etxeberria, Patxi Zabaleta o Pello Urizar", indicó.
El error, en su opinión, es plantear en estos "términos maniqueos" las futuras estrategias. Para Galdos, en estos momentos "hay una estrategia absolutamente frentista, mala para la sociedad vasca y el nacionalismo, en general, que consiste en poner cachondos a lo que ya están convencidos". "El nacionalismo tiene que olvidarse de estar alimentando a los ya convencidos constantemente y pensar muy mucho en cómo atraer a más gente de la sociedad a su causa", agregó el líder de la joven formación abertzale.