barcelona. El presidente en funciones de la Generalitat y primer secretario del PSC, José Montilla, hizo ayer autocrítica de su gestión en la Generalitat y cargó contra ERC e ICV, sus socios de gobierno, a quienes acusó de haberse preocupado más de sus intereses que de gobernar. Así, enmarcó su legislatura en "un contexto de hostilidad y de incomprensión en casa y fuera, por parte de nuestros adversarios y de amigos políticos" y sugirió que sus socios han estado en ocasiones "más preocupados de su siete, ocho o nueve por ciento" de votos que de legislar.
En su balance político durante el Consell Nacional del PSC, Montilla criticó también a CiU, de quien auguró que mostrará "su cara más sectaria" con la victoria del 28-N, después de haber ejercido "una oposición desaforada para intentar deslegitimar al gobierno". Para el socialista, los convergentes han actuado sobre la base de prejuicios "tremendos" sobre el Govern, el presidente y la mayoría parlamentaria. Respecto a su gestión, reconoció haber sido "claramente derrotado" en los últimos comicios, resultado que también atribuyó a errores propios de liderazgo, de comunicación, de conexión con la sociedad y a desavenencias con el PSOE.
Precisamente sobre este partido, Montilla apuntó que no ha puesto las cosas fáciles a los socialistas catalanes, lo que había generado debates agotadores que habían originado desgaste en asuntos como la nueva financiación autonómica, la sentencia del Estatut y los traspasos de competencias. "En la mayoría de casos han tenido un desenlace positivo, pero no hemos sabido hacerlo bien. Ni nosotros ni nuestro interlocutor", señaló.
desconexión La comunicación fue para Montilla otra de las flaquezas del tripartito. "Entre las cosas que no hemos sabido hacer bien está la incapacidad de comunicar". Así, apuntó que no haber tenido un conseller portavoz estable es una prueba, aunque no la única. "Han aflorado problemas de liderazgo, que hay que atribuir a quien os habla, en crisis puntuales como las nevadas, los incendios y la Ley de educación, a veces acentuadas por declaraciones de los socios o de casa. Seguramente hemos primado la gestión y hemos sido poco capaces de hacer un relato", subrayó.
Montilla apuntó también a la pérdida de conexión con la sociedad. "No hemos escuchado a la gente cuando hacía falta; hemos dejado de hablar el lenguaje de la gente". Por ello, pidió al partido que emprenda una renovación en la que dé prioridad a la proximidad.
"Ahora tenemos algunos problemas de marca, estilo, organización y proyección pública, pero si en algún lugar podemos ofrecer proximidad es en el ámbito local. La renovación tenemos que ligarla a la proximidad", explicó. En ese sentido, instó a los socialistas catalanes a preparar el congreso que celebrarán en otoño, para seguir siendo el principal partido "municipalista y progresista" de Cataluña.
A pesar de la "severa derrota" en las autonómicas, ha mostrado esperanza en los buenos resultados que el partido puede obtener en las municipales de 2011 si apuesta por una renovación interna.