madrid. Adrián Álvarez, el preso político que más tiempo ha pasado en una cárcel cubana, dijo ayer sentirse "doblemente bendecido" por ser un "hombre libre" después de 25 años en una prisión y por "salvar" a parte de su familia y consideró su liberación un "acto más humanitario que político". Álvarez llegó ayer a Madrid procedente de La Habana tras ser puesto en libertad por el régimen castrista junto a otros dos disidentes, Ramón Fidel Basulto y Joel Torres, que viajaron a la capital española junto a más de una decena de familiares. Estos tres presos políticos no pertenecen al llamado Grupo de los 75 disidentes que fueron encarcelados y condenados en la ola represiva de la Primavera Negra de 2003.
Álvarez, de 44 años, ingresó en prisión cuando tenía 19, en 1985, acusado de actos contra la seguridad del Estado y espionaje, por lo que fue condenado a 30 años de cárcel. A su llegada al hostal madrileño donde se alojará junto a su familia, opinó que esa "apertura" que supone su liberación y la de sus compañeros obedece "a quedar bien con el mundo" y conseguir también que el Gobierno estadounidense libere a los cinco agentes cubanos presos en EEUU por espionaje. "Si no tuvieran interés por liberar a esos cinco cubanos, no habrían hecho nada por nosotros y seguiríamos encarcelados", consideró Álvarez. Aunque apuntó que su liberación es en cierta forma un "destierro", aseguró que está "muy feliz" por estar en España.