El tiempo en que ETA nació era el único que podía darle vida. Una generación de nacionalistas nuevos (abertzales) la engendró, la brutalidad franquista la nutrió y el "aire de los tiempos revolucionarios" (Argelia, Cuba, Vietnam) le dio aliento. Tardó un tiempo en matar, 1968, el año de todas las convulsiones, y desde entonces hasta hoy es lo único en lo que ha perseverado. Ahora se dispone a morir y lo hace con las mismas vacilaciones que tuvo para comenzar a matar. Entonces la ética les preocupaba, hoy la estética les ocupa: el cómo acaban sin perder la figura.
Las semillas que ETA plantó se concretan, a mi juicio, en laicismo, euskaldunidad y obrerismo. No era una fórmula del todo original. ANV se reclamó laica; el euskara lo cultivó el PNV; el obrerismo estaba encarnado en STV-ELA. Pero la amalgama de los tres en uno es la aportación ideológica más tangible de ETA. Sin embargo, hoy en día sucede que laicismo, euskaldunidad y obrerismo vuelan libremente en la Euskadi del siglo XXI, donde cristianos comparten valores laicos, españolistas conocen y usan el euskara, y la clase obrera ha perdido su centralidad revolucionaria.
Además, aquellas simientes estaban agusanadas por la lucha armada. ¿Cómo defender los valores de la laicidad-igualdad si ETA se reservaba para sí el derecho a matar?
¿Cómo reconocer el papel de sujeto revolucionario a la clase obrera a pesar de la propia clase obrera y sus organizaciones de clase? ¿ Cómo poner en valor el euskara a través de comunicados de atentados que consiguen que muchos acaben identificando el mensaje (reivindicación del atentado) con el vehículo (la lengua en que se expresa)?
ETA mató y en un principio fueron pocos los que condenaron. Los jerseys al aire en las romerías y verbenas, al coro de "Voló, voló" hablan por todos nosotros. La pregunta-acusación que salvo los justos que pueden decir "YO NO", nos debemos hacer es: ¿Cuándo? ¿Cuándo trazamos nuestra raya en el suelo para decir "YA NO"? ¿En las primeras elecciones, 1977? ¿Después de Tejero, 1981? ¿Tras el asesinato de Yoyes, 1986? ¿Con la bomba de Hipercor, 1987? ¿Tras el fracaso de Argel (1989), Lizarra-Garazi (1998) o último proceso de paz (2006)?
Cualquiera que fuera la fecha, fue un buen día. Lo mismo que aquel, por cercano que sea en el tiempo, en el que un contingente importante de la Izquierda Abertzale decidiera que "YA NO", cuestionando el zutabe, el pilar central de la lucha armada, como única garante de la lucha por la independencia y el socialismo.
La geografía vasca es una topografía del terror. Así en Benta Haundi, como en Intxaurrondo; La Foz de Lumbier y Ermua; La Alameda Recalde de Bilbao y la calle Aguirre Miramón de Vitoria. No hablo desde la equidistancia, me limito a levantar acta de emociones y tragedias, de iguales por su condición de seres humanos que en nombre de la patria o del antiterrorismo fueron igualados por la muerte. "Quien mata con la espada morirá por la espada", me diréis; "no siempre es así os contesto". Pero si en todo caso alguno muere es alguien que estuvo vivo, con todo lo que significa.
Debemos aprender a recordar . No es difícil. El exceso de memoria de agravios suele ser cualidad de los pueblos pequeños como Euskadi; por el contrario, los pueblos grandes, como España, acostumbran a tener memoria raquítica cuando de sus excesos para con los pequeños se trata. Pero el recuerdo no nos puede llevar a la melancolía, impedirnos mirar hacia delante. El futuro esta aquí y es un llamamiento a la cooperación mutua, a hacer y dejar hacer, proponer y escuchar, decidir y aceptar lo decidido por otros. Es un largo aprendizaje, el de la paciencia democrática, el de la puesta en valor de las buenas leyes emanadas de las instituciones democráticas frente a la pretensión de un poder normativo que se imponga a través de acciones violentas. La práctica de la paciencia democrática sería para la Izquierda Abertzale un cambio en verdad revolucionario.
Digámoslo claro, y diga lo que dijo el Tribunal Supremo: ETA y Batasuna no fueron ni son lo mismo. ETA enfeudó a Herri Batasuna como el señor feudal a los campesinos medievales. Quienes nos enrocamos en el castillo lo hicimos, unos por sumisión expresa, otros por imposibilidad de estar en terreno neutral, y los más con carácter transitorio, confiados en que el señor de la guerra acabara aprendiendo los rudimentos de la diplomacia y la política. Asumimos, más o menos conscientemente, nuestro destino junto al de ETA, incluso nuestro tanto de culpa. Pero no éramos ETA y disponíamos de un radio de acción política más allá de ETA; hasta que ETA lo cortaba, que era a menudo. De siempre he sostenido que la evolución de Herri Batasuna pasaba por la evolución previa de ETA. Estoy dispuesto a corregir esa apreciación habida cuenta la actual debilidad operativa de ETA (consecuencia de un hecho comprobable: tecnológicamente la Policía está en la era digital, ETA permanece en la analógica), su parquedad ideológica y su nimiedad política. Hablando claro, ETA ha perdido su condición de líder carismático de la Izquierda Abertzale. Todo ello hace posible la emancipación de los enfeudados. Posible no es lo mismo que probable. El tránsito de lo uno a lo otro es cuestión de la voluntad y determinación de Batasuna, quien, como el barón del cuento, deberá jalarse de la propia barba para no hundirse en el pantano. Y los demás, nosotros, esperar en el cañaveral; sin injerirnos (como ellos mismos acostumbran a pedir).
Y si la I.A. no se disocia del terror, no le quedará otro destino que la separación del cuerpo social vasco. Recordemos al cardenal Meissner hablando de las consecuencias de la inacción de la mayoría del pueblo alemán ante el nazismo: "El desconsolador resultado de la culpa es siempre la separación".
Mientras se van produciendo los cambios en la Izquierda Abertzale, deseemos lo mejor a los intermediarios, facilitadores o valedores de la Comunidad Internacional. De aquellos a los que conozco sólo puedo hablar bien. Tienen, como enunciaba el lema renacentista del Consulado de Bilbao, Ciencia, Conciencia y Experiencia. Carecen de intereses egoístas y, como creo que el trabajo honrado debe ser remunerado, me parecen ridículas algunas malintencionadas informaciones que se han difundido en relación con servicios y dietas cobradas.
La encomienda de allanar el camino de la paz en Euskadi no es sencilla. De uno de los facilitadores aprendí la enseñanza de Confucio. "La naturaleza de la guerra determina la naturaleza de la paz". La "guerra", discúlpenme la enormidad, en Euskadi es de naturaleza ideológica, versión actualizada de las antiguas guerras de religión en Europa. En Euskadi se ha pretendido contraponer dos realidades, euskaldunidad-españolidad, como fatalmente antagónicas, y ante la así proclamada imposible coexistencia se llegó al desafío armado. Ésta es la narración de ETA, mantenida en el tiempo.
Un conflicto entre ser o no ser, entre esencias, tiene peor resolución que un conflicto entre existencias, cuando están en juego intereses materiales (territorio, agua) o legales (igualdad ante la ley, equiparación de derechos...). Cuando la diferencia entre un vasco nacionalista y otro que no lo es estriba en el sujeto político del derecho a decidir (sea el conjunto de los ciudadanos vascos o el conjunto de españoles) nos adentramos en territorio de incertidumbres, en esa tierra inhóspita entre lo legal y lo legítimo que sólo se esclarece mediante una mayoría cualificada. ¿Pero cómo decidir si no se puede convocar a decidir? En una democracia representativa sólo caben dos posibilidades: cambiar las leyes o conseguir un cambio del escenario político que convierta en obsoletas esas leyes.
En Irlanda se nos presentaban dos versiones del conflicto: religioso de un lado y de reclamación de soberanía en el otro, violento en cualquier caso. Un nuevo escenario político que favorece la igualdad de oportunidades entre personas y comunidades ha sido la clave del éxito de aquel proceso de paz. Obsérvese que no se ha tratado de alcanzar ninguna meta sino de declarar expedito, libre, un camino por el que transitar todos sin excepciones.
Si ETA insiste en reservarse su papel de garante o guardián del derecho a la autodeterminación nos está enviando un mensaje claro de voluntad de perpetuarse desde la imposición, por lo que a los demás (I.A. incluida) sólo nos queda insistir para que sea definitivamente derrotada.
Las instituciones políticas existentes son el camino por el que transitar. Las reformas que se propongan deberán hacerse por los cauces institucionales que, siendo limitados y limitadores, gozan del consenso suficiente como base desde la que avanzar. "Más Estado Vasco", propuso Iñigo Urkullu, y con esa formulación entendí que los vascos que carecemos de Estado nacional disponemos sin embargo de una cantidad importante de herramientas económicas, políticas e institucionales para ir "haciendo Estado". Los servicios que a través de aquellas se presten a la población legitimarán ese "hacer Estado". Una Democracia Social, reconocible y participada es el objetivo, y puede ser concurrente con el Estado Español o en competencia cuando aquel no pueda o quiera satisfacer las demandas sociales. La reivindicación retórica constante es ya pasado inmediato; la construcción nacional vasca pasa por el Estado Español y a pesar del Estado Español.
Soy de la opinión que cuando de los inicios de un proceso de paz se trata, el proverbio "La palabra es plata, el silencio oro" adquiere plena validez. Igualmente, creo que una vez encauzado el dialogo éste debe discurrir por trámites parlamentarios, siendo el Parlamento vasco a quien corresponde ratificar el alcance de los mismos. En el fondo no se trata de otra cosa que reconocer que quien tiene la última palabra es quien, por voluntad de todos, tiene la palabra.
Es Tiempo de Paz. Time for Peace, decían los irlandeses cuando iniciaron su Proceso. Ingleses e irlandeses, unionistas o republicanos, son conocedores o usuarios habituales de la Biblia. En el Eclesiastés tenían reflexiones y lema. Es útil rememorarlo, como obligado recordar que su lectura se destinaba al consuelo de los agonizantes o reos hallados culpables. Uso alternativo de las Sagradas Escrituras. El momento oportuno. La vida misma.
P.D. Me preguntabas en Astondo, Martín, tras el último comunicado de ETA, que cómo veía la situación. Hay más "mamia" de lo que parece, te contesté; la cosa tiene recorrido, pero será largo y difícil aunque indoloro. Como lo creo lo escribo.