santiago de chile. El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció ayer la constitución de una mesa de diálogo entre el Gobierno y las comunidades mapuches, una de las principales reivindicaciones de la treintena de comuneros que desde hace 67 días mantienen una huelga de hambre. Esta mesa de diálogo se constituirá la semana próxima y estará integrada por el ministro secretario general de la Presidencia, Cristian Larroulet; el de Desarrollo y Planificación, Felipe Kast, delegados de las comunidades mapuches y de las organizaciones sociales de las regiones de Biobío y Araucanía (donde se concentra la población de esta etnia) y representantes de las iglesias católica y evangélica. Piñera dijo que esta comisión "enriquecerá las iniciativas del Plan Araucanía (el programa económico y social que impulsa el gobierno para la zona), de forma que pueda entregar sus aportes y conclusiones antes de que termine este año". El mandatario hizo este anuncio en el marco de los festejos por el bicentenario del país. "La próxima semana, apenas terminen las celebraciones, se realizará una mesa de diálogo en el cerro Ñielol de Temuco", que aportará soluciones para acabar con el conflicto indígena señaló Piñera, quien no aludió directamente a la huelga de hambre de los presos mapuches.
Tras reconocer que el Estado chileno tiene una deuda pendiente con los pueblos originarios, el mandatario anunció una serie de medidas para mejorar la situación de las comunidades indígenas, donde se concentran las mayores bolsas de pobreza y retraso de todo el país. "Todos los chilenos somos conscientes de que tenemos una deuda con nuestros pueblos originarios y, particularmente, con el pueblo mapuche", reconoció el presidente quien dijo que el Gobierno ha desarrollado el Plan Araucanía, para saldar esta deuda. "Hemos impulsado un reencuentro histórico con el pueblo mapuche, de manera de valorar, querer y desarrollar su identidad, su idioma, costumbres y cultura, porque son parte fundamental de la identidad de nuestra nación".