bilbao. El socialismo vasco reunió ayer a su plana mayor en el Palacio Euskalduna de la capital vizcaína para celebrar un Comité Nacional marcado por el futuro del Ejecutivo vasco durante esta legislatura, las elecciones municipales y forales que ya despuntan desde la primavera del año que viene y, sobre todo, el nuevo escenario creado por el comunicado de ETA y el papel que el PSE piensa jugar en él.
Sin embargo, los discursos que ayer se escucharon desde dentro y fuera del palacio de congresos no arrojaron apenas novedades sobre las recetas ya conocidas. El lehendakari, Patxi López, ayer ejerciendo su función de secretario general del PSE tiró de manual para recordar a ETA y a la izquierda abertzale que "la firmeza en las convicciones democráticas" va a seguir siendo su norte en lo que se refiere a la denominada política antiterrorista, y que los socialistas no se van "a dejar engañar, ni enredar por los últimos coletazos de los violentos".
Así abordó López las expectativas creadas en torno a la posibilidad de que, desde su posición de primer representantes de los ciudadanos de la CAV, pusiera en marcha un diálogo político que alimentara las expectativas de desbloqueo y que le han pedido destacados socialistas como incluso el presidente de su partido; un Jesús Eguiguren que ayer prefirió quedarse en segundo plano para evitar que le quemaran los focos que le buscaban como voz discrepante con la política del nada ha cambiado. "No hay atajos ni pistas de aterrizaje", insistió López, rechazando así también la posibilidad de que quienes impulsaron la ilegalización de Batasuna allanen ahora el camino para el regreso de sus herederos a la confrontación democrática dando por bueno su viraje hacia el uso de medios exclusivamente civiles y políticos.
más valor A este sector político, López volvió a dejar claro que debe asumir "su responsabilidad" y armarse con "el valor suficiente para romper con el terrorismo y demostrar con hechos que quieren hacer política de verdad" si quieren provocar algún gesto de los poderes públicos.
Y el mismo discurso blindado lo extendió también sobre ETA, a la que volvió a decir que lo único que tiene que hacer es "desaparecer" y tomar la decisión que no anunció en su video comunicado que, reiteró, le resultó "absolutamente insuficiente".
Mirando hacia sí mismo, el lehendakari valoró también su gestión al frente del Ejecutivo vasco que, según explicó a sus correligionarios, ha sido eficaz tanto en lo económico como en lo identitario, desterrando la "bronca constante" que acusó de fomentar al nacionalismo.
Pero, lo que más destacó López fueron los avances que, a su juicio, se han logrado en la lucha por la libertad y el terrorismo. "Sólo con los logros en materia de libertad y convivencia está justificado un gobierno como el nuestro", afirmó quizá pensando en quienes incluso en el PSE aún rechazan su convivencia con el PP.
También desde fuera de las paredes del Euskalduna se pudieron oir los ecos del comunicado de ETA.
"No es época de diálogo" El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, coincidió con la tesis que actualmente se ha impuesto en el discurso socialista. En su opinión, si la voluntad de Batasuna es que ETA abandone definitivamente las armas, debe pedirlo "públicamente". En este sentido, Camacho subrayó que "la política antiterrorista del Gobierno es clara, en el sentido de que no se va a mover un ápice" y, preguntado en La Sexta sobre si esta cerrazón es absolutamente extensible a la posibilidad de poner en marcha un proceso de diálogo o incluso negociación entre el Gobierno y ETA, se mostró rotundo al afirmar que ésta "no es época de diálogo".
Desde Cataluña, sin embargo, ayer se volvió a demostrar que las cosas de ven de manera diferente. Así, siguiendo la vía abierta esta semana por Joan Ridao, que pidió la derogación de la Ley de Partidos para alimentar las esperanzas abiertas en el momento actual, el vicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod Rovira, se preguntó "¿qué hace aún Otegi en la cárcel?", a lo que el PP, atento, respondió inmediatamente pidiéndole "más prudencia" porque "demasiado a menudo muestra demasiada comprensión con los terroristas y sus amigos, y esto no se puede consentir".