Vitoria. Zapatero abogó en el último debate del Estado de la Nación por "hacer de la necesidad virtud". La más perentoria para el presidente del Gobierno es lograr los apoyos necesarios que salven los Presupuestos Generales del Estado del próximo año -estrechamente ligados a su futuro político- y la virtud para lograrlo pasa por desplegar su capacidad negociadora hacia el único foco donde puede obtener una respuesta favorable.

Sabedor de su privilegiada posición, el PNV obtuvo ayer una respuesta contundente a las advertencias reiteradas a lo largo de las últimas semanas. Será el interlocutor "preferente" del Gobierno en las negociaciones que de forma oficial comenzarán en el próximo mes, pero que están precedidas de un arduo trabajo de cocina. Fuentes conocedoras de la negociación confirmaron a este periódico la existencia de contactos que derivaron ayer en el mensaje conciliador emitido por el portavoz jeltzale en el Congreso, Josu Erkoreka, dejando claro que las posturas han superado la brecha existente hace apenas unos días.

Horas antes de que Zapatero reconociera desde Shangai que su Gobierno negociará con el PNV de "manera objetivamente preferente", Erkoreka asumía la "voluntad cierta" del Ejecutivo socialista por llegar a acuerdos. Aún así, reiteraba la "cuenta pendiente" de la Moncloa con el autogobierno vasco, lo que se traduce en el cumplimiento íntegro del Estatuto de Autonomía y la transferencia de las competencias pendientes. Zapatero también tuvo respuesta para este aspecto y mostró su disposición "al diálogo" en las materias incluidas en el marco estatutario que, además, incidan en temas económicos o de empleo.

En su argumentación, el presidente del Gobierno justificó la preferencia hacia los jeltzales en el apoyo brindado en el anterior ejercicio a las Cuentas socialistas, pero lo cierto es que el escenario político actual, con el PP centrado en desbancar a Zapatero y CiU pendiente de la proximidad de las elecciones catalanas, obligan al secretario general de los socialistas a buscar un pacto con el PNV.

Adelantándose a la embestida popular ante este anuncio, el inquilino de la Moncloa recordó también que las transferencias desde el Gobierno central a los ejecutivos autonómicos -presididos por el nacionalismo- fue una práctica habitual en el Gabinete encabezado por José María Aznar en los tiempos en los que el líder conservador "hablaba catalán en la intimidad".

El PP no tardó en reaccionar y desde Euskadi consideraron que el lehendakari, Patxi López, debe "plantarse" ante la actitud del Gobierno español por sondear pactos con el PNV que son "malos para todos". El presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti, afirmó que el objetivo principal de los jeltzales no es ni el autogobierno, "ni el interés nacional", sino "desestabilizar al Gobierno Vasco e intentar que descarrile este cambio", lo que justifica su llamada a López para mediar en este asunto y parar los pies a la formación jeltzale.

Éste es, precisamente, uno de los posibles frenos que el PNV ve en la negociación con el PSOE; "que la búsqueda de un protagonismo desaforado por parte del Gobierno Vasco o de un interés por eclipsar cualquier gestión o logro del PNV en las instituciones centrales, les lleve a esquinarse demasiado", según manifestó Erkoreka en Europa Press.

López dará a conocer su valoración del anuncio de su jefe de filas y las posibles consecuencias para su Gabinete en el primer Consejo de Gobierno del nuevo curso, que se celebrará hoy en Donostia.

Aralar, por su parte, denunció el "mercantilismo" de los jeltzales en la negociación con los socialistas, al tiempo que recordó a través de su dirigente guipuzcoana Rebeca Ubera que los nacionalistas "están sosteniendo" a un Ejecutivo español "débil".