Shanghai. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer en Shanghai la fortaleza de la economía española, invitó a los empresarios asiáticos a invertir en España y apostó por redoblar las exportaciones a China, un socio clave, a su juicio, para la salida de la crisis.
Zapatero dedicó su primer día en el gigante asiático a celebrar en la Exposición Universal de Shanghai el Día de Honor de España, jornada en la que centró sus esfuerzos en mostrar un país atractivo y con futuro a pesar de las dificultades.
"El tamaño del futuro de España es el tamaño del niño, de Miguelín", dijo en referencia al bebé robotizado de más de seis metros que se expone en el pabellón español de la Expo.
Para el Gobierno, parece que ha merecido la pena la fuerte inversión que se ha hecho (más de 56 millones de euros), ya que el pabellón español se ha convertido en uno de los más visitados del recinto y ofrece al mundo, dijo Zapatero, la imagen de un país "moderno y plural que reconoce su pasado y que, ante todo, tiene vocación de modernidad".
En su opinión, para salir de la crisis la economía española necesita exportar más y el destino para sus productos es Asia y, en concreto, China, ya que otros mercados en los que España está presente tienen ahora una limitada capacidad de crecimiento. Ratificó así su empeño en fortalecer las relaciones económicas con Pekín: "Nos va en ello mucho a la economía española en los próximos años", añadió.
Ante los miembros de la Cámara Oficial de Comercio de España en China, se comprometió asimismo a hacer el máximo esfuerzo posible para seguir apoyando a las empresas españolas en el exterior, a pesar de las medidas de austeridad.