vitoria. Las espadas siguen en todo lo alto. El verano no ha apaciguado la relación de PSE y PNV y los mensaje cruzados entre destacados dirigentes de ambas formaciones mantienen el clima de enfrentamiento que ha caracterizado el mandato de Patxi López desde sus inicios, a pesar de que a la hora de negociar los diferentes presupuestos institucionales las aguas hayan retomado de nuevo el cauce colaborador.
Al igual que lo hizo en las fiestas de Vitoria, el lehendakari intervino ayer en plena Aste Nagusia bilbaína para marcar posiciones de cara al inminente otoño caliente y se dirigió explícitamente al partido liderado por Iñigo Urkullu con el ánimo de que las negociaciones que desarrollen en Madrid sirvan para conseguir "lo mejor para Euskadi" sin ampararse en anhelos partidistas. Tras esta reflexión se encierran las condiciones que los nacionalistas presentarán ante José Luis Rodríguez Zapatero a la hora de brindar su apoyo a las Cuentas del Estado y, en un plano más cercano, la postura que adoptarán de cara al traspaso de las políticas activas de empleo que los socialistas sitúan en septiembre.
El PSE promete que esta ansiada transferencia -Euskadi es la única comunidad autónoma que carece de ella- se ajustará a lo estipulado en el Estatuto de Gernika, pero mantiene la incógnita sobre la cuantificación de la misma, principal escollo con los postulados jeltzales. De esta forma, mientras López vería como un éxito que el traspaso se situara en torno a los 300 millones, esta cantidad supondría para los jeltzales un auténtico fracaso.
Así las cosas, el lehendakari hizo ayer un llamamiento al PNV para que no "torpedee" la llegada de la citada competencia a Euskadi en fechas próximas, ya que acusa a los jeltzales de impedir que el traspaso se completara a principios de este año -como él se encargó de anunciar- a través de un veto impuesto en las negociaciones con Zapatero. "A día de hoy el PNV debe doce meses de políticas activas a los parados de este país", recalcó López situando en el tejado jeltzale la responsabilidad de esta ausencia competencial.
El jefe del Ejecutivo autonómico promete estar vigilante para que la situación del año pasado no se repita, lo que se entiende como una participación activa del PSE en las negociaciones bilaterales en Madrid, una perspectiva que los jeltzales no comparten.
Así lo hizo saber ayer el presidente del BBB, Andoni Ortuzar, quien pidió a López que "no estorbe" en las negociaciones que sus compañeros de partido mantienen con los representantes del PNV en el Congreso de los Diputados. Los planteamientos de Ortuzar sitúan a Zapatero en la disyuntiva de volcar su espíritu negociador en favor de un acercamiento con la formación jeltzale que le permita salir airoso de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado, y "mojarse y mucho", por el autogobierno o dar prioridad al tratamiento que López recibe desde Madrid para que "nadie le incomode" y siga "entre algodones".
En este escenario encaja la reflexión del dirigente peneuvista al plantear que, "con tal de no darle triunfos al PNV, López prefiere que no vengan a Euskadi transferencias, que no haya avances en el autogobierno, porque así no ve menguada su capacidad política".
dependencia A falta de poner sobre la mesa las cartas definitivas, el progresivo alejamiento de CiU que ha experimentado Zapatero -ayer dio una nueva muestra al no apoyar en el Senado, al igual que el PNV, la reforma laboral- y el lógico rechazó del principal partido de la oposición al proyecto de Cuentas, deja a los jeltzales como único valedor de los próximos presupuestos, que se antojan determinantes para el futuro político del secretario general del PSOE. Conscientes de esta dependencia, los socialistas vascos convergen en una sola voz favorable al pacto entre ambas formaciones, pero sin perder de vista la factura que un hipotético acuerdo pueda pasar al inquilino de Ajuria Enea.
De este modo, la voz de la Ejecutiva socialista en Euskadi y en el Parlamento Vasco, José Antonio Pastor, interpretó ayer que las maniobras ejecutadas por los jeltzales en Madrid no perjudican al PSE, sino al conjunto de Euskadi. En este apartado vuelven a aparecer con luz propia las manidas políticas activas de empleo y su transferencia, una "ayuda importante" ante la grave situación económica que, según Pastor, el PNV está dispuesto a que sigan en Madrid con tal de "intentar dañar la imagen del Gobierno Vasco".
Pero ante esta posibilidad, el PSE vuelve a exhibir sus armas. La más potente, sin duda, es recordar a los jeltzales que su control en las tres diputaciones vascas también es limitado, al igual que en el caso de Zapatero, por no sumar la mayoría absoluta en las Juntas territoriales que deberán aprobar los respectivos presupuestos; lo que se traduce en una respuesta del mismo calado ante lo que desde la sede socialista en Euskadi se interpreta como "advertencias o amenazas" de los jeltzales al presidente del Gobierno español si no comulga con las peticiones nacionalistas. "Hay que poner todas las cosas en la balanza. No pesa más una cosa que la otra, por mucho que quiera el PNV decirlo. Supongo que tendrán un cierto interés en que las diputaciones puedan desarrollar su labor institucional en las mejores condiciones posibles", afirmó el portavoz parlamentario en declaraciones a Europa Press.
En esta línea, y al igual que su jefe de filas, Pastor volvió a situar la pelota en el tejado de Sabin Etxea y responsabilizó al PNV de perjudicar los intereses de los tres territorios históricos en caso de que no exista un acuerdo que saque adelante los Presupuestos forales. "El PNV podrá poner el listón de la negociación en el punto que quiera en Madrid, y nosotros somos libres de hacer exactamente lo mismo aquí", advirtió.