vitoria. La Unión de Guardias Civiles compareció ayer en la sede de UGT en Vitoria para anunciar un cambio de rumbo que a su juicio se ha producido en la coordinación entre las distintas fuerzas policiales que operan en Euskadi. Según Manuel Mato, secretario general de esta organización, el relevo en el Ejecutivo en Lakua ha propiciado un "cambio de aires" en la Ertzaintza, "un hijo pródigo que ha vuelto a la senda de la lucha contraterrorista". Por ello, y aunque aseguró que esta organización no entra "en cuestiones políticas", no dudó en congratularse por haber dejado atrás "la gravísima descoordinación" anterior.
"Felicitamos a la Ertzaintza y al Gobierno Vasco", quiso subrayar Mato, a quien no le preocupa el reciente rebrote de la kale borroka o la posibilidad de que ETA reaparezca, toda vez que la coordinación entre fuerzas policiales, aun lejos de ser perfecta, ha mejorado mucho. "No hay preocupación, estamos pletóricos al ver que los tres cuerpos al fin funcionan", explicó el secretario general de la UGC, que sin embargo no baja la guardia.
"No vamos a decir lo que les gusta a los políticos, que ETA está a punto de desaparecer, atentará dónde pueda y cuándo pueda, y si no lo hace es porque no tiene el apoyo clamoroso de la población. No van a conseguir amedrentarnos", afirmó Mato.
Los agentes denunciaron además la carencia de medios en los cuarteles vascos, "en general obsoletos". Según la UGC, "hay servicios -que no detallaron por razones de seguridad- que se cumplen con personal sin la formación adecuada".
En todo caso, la comparecencia del secretario general de la UGC, acompañado por su vicesecretario, Ramón Rodríguez, tenía como primer objetivo denunciar la situación de acoso por parte de sus mandos que sufren los guardias destinados en Euskadi. Ya en abril se hizo público el caso del cuartel de Eibar, "con toda la unidad de baja psicológica", y donde la presión a la que son sometidos los agentes incluso llevó a uno de ellos a suicidarse.
amenazas telefónicas Ahora, los dos guardias que elevaron su protesta, ante la que aún no ha habido respuesta, han sufrido las represalias de sus superiores, según Mato. A uno de ellos, que ha enviudado recientemente, se le ha sugerido que deje la baja y se reincorpore al servicio. "Le dicen que aprovecha la muerte de su esposa", denunció el portavoz de los guardias, quien afirmó que el cuerpo ha preferido mantener sin ocupar todas las vacantes en el Estado de plazas de buceadores (la especialidad del otro agente) antes de permitirle abandonar su actual destino.
Además, según Mato, los dos guardias han recibido "amenazas telefónicas" para que retiren la denuncia penal interpuesta por el suicidio de Eibar. Los sucesos de la casa cuartel guipuzcoana son, según la UGC, la punta del iceberg de un problema enquistado en Euskadi, donde "la situación es bastante peor que en el resto de unidades de España, porque al terrorismo se añade el exceso de rigor en materia disciplinaria".
Según la Unión de Guardias Civiles, el caso del oficial jefe del núcleo de reserva de Vitoria es un ejemplo claro de la actitud de los mandos destinados en Euskadi. Según Ramón Rodríguez, esta unidad, una de las más demandadas en el pasado, tiene buena parte de sus plazas vacantes por la "arbitrariedad" de quien la dirige, que "destina a los servicios más penosos a quienes considera que no cumplen sus órdenes". Rodríguez añadió que en Euskadi se ordenan turnos de cuatro o cinco horas a los guardias, en lugar de las normales de siete u ocho, para que no puedan acumular días de libranza. Por todo de ello, Manuel Mato afirmó que la UGC tratará de "abrir las ventanas de los cuarteles, que huelen a rancio preconstitucional".