londres. El Gobierno británico anunció ayer una profunda reforma del Ministerio de Defensa para reducir el gran déficit financiero del departamento y ajustarlo a las nuevas necesidades operativas en el campo de batalla.

El ministro de Defensa, Liam Fox, explicó que el Gobierno de coalición conservador-liberal recortará los gastos administrativos y de personal con el objetivo de garantizar mayores recursos para las tropas en primera línea y de hacer frente a un déficit que asciende a unos 37.000 millones de libras (unos 45.000 millones de euros).

El recorte afectará a un número indeterminado de altos cargos militares y de funcionarios civiles, según explicó Fox, con la misión de tener un departamento "menos centralizado y más transparente".

El ministro también anunció que, en el marco de la llamada Revisión de la Defensa Estratégica y la Seguridad (SDSR), cuyas conclusiones definitivas se conocerán en octubre, los mandos militares tendrán mayor control sobre la gestión del ejército.

Fox habló de un cambio de cultura producto de una renovación generacional y de equilibrios geoestratégicos, y subrayó que la actual generación de dirigentes políticos y parlamentarios es la primera en activo que no vivió el espíritu que conllevaba la Guerra Fría.

El titular de Defensa no entró en detalles sobre el contenido y el alcance de los recortes, pero los medios británicos apuntaron a que el ejército de tierra podría perder una de sus brigadas en Alemania y que la fuerza aérea (RAF) podría reducir su tamaño a un nivel todavía más bajo que el que tenían durante los años de la Primera Guerra Mundial.

Además, el programa Trident de submarinos nucleares podría limitarse a tres unidades en lugar de las cuatro que actualmente tienen.

Aunque las cifras exactas del recorte se desconocen, el presupuesto de Defensa se verá perjudicado en un porcentaje de entre el 10% y el 20% actual. Los cambios se dan dentro del marco del fuerte programa de austeridad fiscal puesto en marcha por el Gobierno para reducir el déficit público, que está en torno a los 200.000 millones de euros.