bogotá. Todo parece indicar que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, comenzó a gobernar con buena estrella tras la pomposa investidura del sábado pasado, pues en cuestión de horas logró bajarle la temperatura a las tensiones con Ecuador y Venezuela, a pesar del anuncio de su antecesor, Álvaro Uribe, de denunciar a Hugo Chávez y Venezuela ante la Corte Penal Internacional.
Así, Santos ofreció diálogo a las FARC, a cambio de que entreguen las armas y renuncien al secuestro, y dijo que una de sus prioridades será reconstruir lazos con Venezuela y Ecuador, rotas durante el Gobierno de Álvaro Uribe. Mientras, su homólogo venezolano, Hugo Chávez, anunció la reunión de cancilleres de Caracas y Bogotá, Nicolás Maduro y María Ángela Holguín, respectivamente, para comenzar a recomponer las relaciones bilaterales. Chávez no hizo mención a las denuncias que había anunciado el abogado de Uribe, Jaime Granados, el pasado sábado, y en todo momento mostró un talante reconciliador.
La nueva canciller colombiana, María Ángela Holguín, sostuvo ayer que Ecuador "tiene todo el compromiso del Gobierno de Colombia para normalizar las relaciones" rotas desde 2008, tras reunirse con su homólogo ecuatoriano, Ricardo Patiño, en Bogotá. Tras calificar de "excelente" el encuentro mantenido ayer en la sede de la Cancillería colombiana, Holguín señaló que para su país "las relaciones con Ecuador son muy importantes, y por eso queremos continuar este camino de normalización de relaciones", que rompió el Gobierno de Quito en 2008 tras un bombardeo colombiano a un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano que resultó con la muerte de 26 personas.
"En los próximos meses y semanas vamos a tener avances concretos y puntos y puntuales en nuestras agendas en varios temas, sobre todo en el desarrollo fronterizo", adelantó la nueva canciller designada por el presidente Juan Manuel Santos, que el sábado tomó posesión del cargo.
Tal vez el síntoma más notorio de la distensión se vio en el rostro del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, que pasó de la expresión dura del pasado a una amplia sonrisa al momento de saludar a Santos en la Casa de Nariño poco después de la transmisión de mando. Correa reveló que el nuevo Gobierno colombiano le entregó una información que la capital ecuatoriana estaba esperando desde hacía meses como un paso previo al total restablecimiento de las relaciones diplomáticas, rotas de forma tajante por Ecuador en marzo del año 2008.