Nueva York. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer una nueva ronda -y más dura- de sanciones contra Irán por su negativa a detener el enriquecimiento de uranio y abrir por completo su programa nuclear a la supervisión internacional. La resolución, auspiciada por Estados Unidos, contó con el apoyo de 12 de los 15 miembros del máximo órgano, incluidos los cinco permanentes, mientras que Brasil y Turquía votaron en contra y el Líbano se abstuvo.
Brasilia y Ankara consideran que las nuevas sanciones son contraproducentes y que se debe dar más tiempo a la diplomacia. "No creemos que las sanciones sean un instrumento efectivo en este caso, ya que los más probable es que causen sufrimiento del pueblo iraní", dijo la embajadora brasileña ante la ONU, María Luiza Ribeiro Viotti, en una intervención antes de la votación. La diplomática recordó además el acuerdo alcanzado en mayo por Brasil y Turquía con Irán para intercambiar combustible nuclear y se mostró segura de que podría dar frutos. Ese mismo argumento esgrimió el embajador turco, Ertugrul Apakan. El acuerdo a tres bandas comprometía a Irán a entregar a los turcos 1,2 toneladas de uranio enriquecido al 3,5%, para recuperar un año después 120 kilos del material purificado en un 20% en Brasil para un reactor de uso médico.
Frente a estos argumentos, la embajadora de EEUU ante la ONU, Susan Rice, señaló que "Irán ha tenido numerosas oportunidades de verificar que su programa nuclear tenía una finalidad pacífica", pero no lo ha hecho, al tiempo que subrayó la "grave amenaza" que plantea su programa nuclear. Asimismo, se refirió al acuerdo entre Brasil y Turquía con Irán, para señalar que ambos países "han trabajado mucho", pero lo conseguido "no es suficiente".
La respuesta desde Teherán no se hizo esperar. Su enviado ante la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Ali Asghar Soltanieh, afirmó que tras la decisión de la ONU "nada cambiará". Mientras el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, consideró que el nuevo paquete de sanciones aprobado por la ONU "no tiene valor" y debería tirarse "a la papelera como un pañuelo usado".
medidas La resolución adoptada ayer establece nuevas restricciones a las operaciones de los bancos iraníes en el exterior al tiempo que incrementa el escrutinio de las transacciones de todas las entidades financieras del país. Asimismo, endurece el embargo de armas y sanciona a tres entidades controladas por la empresa naviera estatal iraní, así como otras 15 controladas por la Guardia Revolucionaria. También refuerza el régimen de inspecciones a buques y aviones. En total, en los anexos de la resolución se precisa el nombre de 40 entidades y empresas iraníes a las que se les congelarán sus activos en el exterior.