vitoria. Una caravana compuesta por defensores de derechos humanos y periodistas mexicanos y europeos fue víctima de una emboscada de un grupo paramilitar en el estado mexicano de Oaxaca. El resultado fue la muerte de dos activistas, un finlandés y una mexicana. Otras cuatro personas continúan desaparecidas, dos activistas oaxaqueños y dos periodistas de la revista Contralínea. "Yo podría haber muerto. Vi cómo mi compañero Jyri Jaakkola (finlandés) se murió. Intenté salvarlo, pero ya no se movía". Meri Marjaana Mononen, que participó en la caravana humanitaria atacada, sobrevivió para contarlo.

Integrante de la Coordinación para México de la Unión Finlandesa por la Paz, la joven teme ahora por su vida. Relata que para evadir a los hombres armados se fueron a los cerros. No sabían dónde estaban. "Cuando pensábamos que ya estábamos fuera de peligro, que ya no se escuchaban balazos, aparecieron dos hombres armados y tapados con estilo pasamontañas". Estas personas se identificaron con miembros de una de las tres organizaciones paramilitares de la zona, el Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), les dejaron salir del área, escoltados, hasta un lugar donde estuvieran fuera de peligro, pero les advirtieron que no volvieran. Les quitaron todas sus pertenencias: dinero, cámara y grabadoras, relató. Los sobrevivientes, integrantes de distintas organizaciones sociales, caminaron un largo trecho hasta ponerse a salvo.

La finlandesa exige ahora una investigación de los hechos y el cumplimiento de la declaración universal de los Derechos Humanos y de la Declaración de los Pueblos Indígenas para que esta conflictiva zona de Oaxaca encuentre la paz. Los demás extranjeros que formaban parte de la caravana, entre los que había ciudadanos de Bélgica, Alemania e Italia, según activistas mexicanos, prefieren no hablar y se mantienen encerrados, debido a la crisis emocional.

Los integrantes de organizaciones sociales que iban con la caravana, formada por unas 25 personas, llevaban comida y medicinas a la comunidad indígena Triqui en San Juan Copala, a 400 kilómetros al sur de Ciudad de México. Esta comunidad fue tomada desde hacer varias semanas por el un grupo de paramilitares pertenecientes a la organización Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (Ubisort). Este grupo dejó a la comunidad sin agua, energía eléctrica y sin comida, además de impedir el paso a quienes querían entrar o salir. El miércoles un convoy de 45 elementos de la Policía estatal ingresó en zona y recuperó los dos cuerpos. Ahora, exigen a los gobiernos estatal y federal garantías para ingresar de nuevo y rescatar a sus compañeros, así como una investigación de los hechos.