barcelona. El Parlament de Cataluña aprobó ayer con el 87% de sus diputados (PSC, CiU, ERC e ICV-EUiA) la resolución pactada por Montilla y Mas en la que se pide renovar el Tribunal Constitucional, modificar la ley orgánica que lo rige y que este órgano se declare incompetente para decidir sobre el Estatut después de que el pueblo catalán ya lo aprobara en referéndum. Se trata de un órdago que busca presionar sobre todo al PSOE para evitar que el actual Constitucional, en el que cuatro de sus miembros están en precario (sus mandatos finalizaron en 2007), decida sobre la norma estatutaria básica de Cataluña.
El PSC, que deberá liderar el frente catalán en Madrid, CiU e ICV apelaron ayer a que se "cumpla" la propia Constitución y se proceda a la renovación del TC, y advirtieron de que "no sólo está en juego el Estatut, sino una determinada interpretación de la Constitución" y si se va a producir "un mal irreparable a España". "¿Seguiremos cabiendo (en la Carta Magna) los que luchamos para conseguirla y la votamos, o nos veremos expulsados del consenso constitucional 30 años después?", se preguntó el portavoz del PSC, Miquel Iceta.
Los socialistas, junto a CiU, ERC e ICV proclamaron la necesaria "unidad" catalana para evitar un recorte estatutario, aunque se lanzaron algunos reproches a los republicanos por su decisión de no firmar la propuesta.
Lo que pretenden las fuerzas catalanistas, sobre todo PSC, CiU e ICV, es forzar una renovación del TC y, cuando menos, posponer la sentencia a después de las elecciones regionales previstas para el próximo otoño. Sin embargo esta opinión no es compartida por ERC, deseosa de una sentencia que recorte el estatut, certifique la muerte de la vía autonomista y reactive el independentismo. Su portavoz en el Parlament, Anna Simó, afirmó: "La sentencia ya está dictada y de poco sirven los intentos legítimos de retrasarla o de querer sustituir al verdugo del Estatut, porque no por ello acabará recibiendo el tiro de gracia".
Encrucijada Pero la realidad es que la declaración aprobada ayer y que viajará en primera instancia al Senado y después al Congreso, va a poner en una tesitura difícil al PSOE. El presidente catalán y candidato del PSC, José Montilla, liderará el frente catalán en Madrid y los socialistas tendrán que elegir en las Cortes Generales si ceden y apremian al PP a acordar una renovación del TC o si desoyen el clamor del PSC. Pero incluso si optan por lo primero, los de Zapatero no las tienen todas consigo porque para renovar el Constitucional y para cambiar la ley que lo rige, necesitan el apoyo del PP.