Jerusalén. El enviado de la Casa Blanca para Oriente Medio, George Mitchell, regresó ayer a Estados Unidos sin un acuerdo entre palestinos e israelíes para iniciar las llamadas "negociaciones de proximidad". Mitchell, no logró arrancar de Israel la concesión imprescindible para reanudar las negociaciones de manera inminente, esto es la paralización de la construcción de asentamientos en el territorio ocupado de Jerusalén Este, aunque sí otras medidas de acercamiento, como la liberación de prisioneros palestinos y la relajación del bloqueo sobre la Franja de Gaza.
El enviado de Obama, regresará la próxima semana a la región para seguir tratando de lograr un acuerdo entre las partes que lleve al inicio de las negociaciones indirectas en las que ejercería la función de mediador, informó un portavoz de la Embajada de EEUU en Tel Aviv. Los encuentros del enviado estadounidense se han prolongado hasta el último minuto, con una reunión antes de partir ayer con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y han sido "positivos y productivos", según una nota difundida por esa legación diplomática.
Netanyahu, inamovible El embajador David Hale, mano derecha de Mitchell, se quedará en la región durante la próxima semana para "seguir trabajando con las partes" y preparar la próxima visita del senador, informa el comunicado. Obama se reunirá con Abbas.
Ante la negativa de Israel a hacer las concesiones imprescindibles para reanudar las negociaciones de manera inminente, la Casa Blanca ha decidido buscar alianzas en el lado palestino como forma de presionar al gobierno israelí. Los presidentes de Estados Unidos y de la Autoridad Palestina, Barack Obama y Mahmud Abbas, se reunirán "en las próximas fechas" en Washington con motivo de la reanudación de las "conversaciones de acercamiento" entre israelíes y palestinos que se espera tengan lugar a mediados del mes próximo "como muy tarde", según indicaron el negociador jefe de la OLP, Saeb Erekat, y fuentes próximas a la Presidencia palestinas.
La visita de Abbas se realizará a petición expresa de Obama, quien le invitó el jueves pasado con motivo de la visita a la región del Enviado Especial de Estados Unidos para Oriente Próximo. El presidente Obama ha transmitido en su misiva a Abbas que Israel podría abstenerse en un momento dado de emprender esas "significativas acciones" -n velada referencia al proyecto de asentamientos, según interpretan los medios israelíes- y añadía que las nuevas "negociaciones de proximidad" podrían abordar la cuestión del estatus de propiedad de Jerusalén, uno de los puntos esenciales de la negociación. Ayer, el negociador palestino confirmaba que la reunión entre Obama y Abbas tendrá lugar en un "futuro próximo", tal y como recoge el diario israelí Haaretz, pero precisó que no existe una fecha confirmada, si bien otro asesor del presidente palestino, Yasser Abed Rabbo, adelantaba que el encuentro podría tener lugar, posiblemente, el mes que viene. Fuentes del Gobierno palestino en Cisjordania indicaron que el presidente Abbas responderá positivamente en los próximos días a la invitación de Obama.
El sábado, Abbas lamentó que Israel hubiera "desperdiciado" una "oportunidad histórica e insólita para la paz" en Oriente Próximo al mantener su política para construir asentamientos en el territorio ocupado a pesar de los esfuerzos de la Administración Obama. "Concedimos una oportunidad a Israel, una oportunidad histórica para la paz, pero Israel desperdició esta insólita oportunidad al seguir construyendo asentamientos", lamentó el dirigente palestino.