vitoria. Este documento "resume a la perfección los pasos necesarios para abrir un nuevo proceso de paz" y constituye un "regalo" que sus impulsores han hecho a la sociedad vasca. Por eso, ésta debe demostrarles ahora que "por encima de las desconfianzas" está dispuesta a volver a intentar conseguir la paz.
A través de estos dos argumentos, la red pacifista Lokarri dio ayer el primer paso de la campaña con la que pretende situar en el primer plano la denominada Declaración de Bruselas, en la que 20 líderes internacionales de primer nivel -entre ellos varios premios Nobel- pidieron a ETA que declare un alto el fuego permanente y verificable, y al Gobierno de España que sepa dar una respuesta adecuada a la creación de un escenario así, para impulsar así un nuevo intento de buscar una paz "estable" en el País Vasco.
En una rueda de prensa, el coordinador de Lokarri, Paúl Ríos, subrayó que "la oportunidad y la esperanza creadas son muy frágiles" y que tiene "importantes obstáculos", como que ETA no haya adoptado aún "ningún compromiso concreto", o que el Gobierno, "con sus últimas decisiones", no facilite "la consolidación de esta nueva oportunidad". Además, Ríos se mostró consciente de que existe una "muy profunda" desconfianza respecto a las intenciones que pueden tener ahora la izquierda abertzale y ETA "tanto en la sociedad como en una buena parte de los partidos políticos".
Sin embargo, subrayó que la sociedad vasca no se puede permitir "una nueva frustración", por lo que apostó por hacer que esta "frágil" oportunidad se convierta en un proceso irreversible. Y para lograrlo, apostó por impulsar la Declaración de Bruselas comenzando por recabar la adhesión "de todas las personas" que apoyen su contenido.