madrid. El presidente del PP, Mariano Rajoy, necesita reubicarse tras su derrota del miércoles en el Congreso y ayer, ante sus fieles, adecuó el discurso sin cuestionar la utilidad de un pacto de Estado contra la crisis (como había hecho hasta ahora), sino la finalidad de que el Gobierno lo reclame ahora. El líder de los populares ante los 1.600 asistentes a la clausura de la III Convención Regional del PP cántabro, aseguró que el Zapatero, con ese pacto, no busca aceptar otras propuestas sino "ganar tiempo". "Este hombre lo que quiere es ganar tiempo, esperar a que escampe, distraer la atención, huir de sus responsabilidades y pedir a los demás que nos callemos y no digamos lo que hay que hacer", afirmó Rajoy.

Eso sí, el presidente del PP insistía en las tesis que ha defendido a lo largo de esta semana y caía en los mismos errores: su partido no puede apoyar la política económica del Gobierno hasta que éste "rectifique", y esa rectificación sólo es válida en los parámetros de las recetas del PP. Para Rajoy no defender esta postura sería como "liquidar la alternativa que necesita cualquier país democrático". "Tengo la impresión de que no quiere rectificar, que efectivamente no sabe lo que quiere hacer y no está dispuesto a hacer lo que no sabe", lamentaba Rajoy.

El líder popular defendió que su partido tiene alternativa en materia económica, como han planteado en hasta seis ocasiones en el Congreso, que siempre han sido rechazadas. "Yo no necesito esperar al jueves, a la reunión de una comisión para que me cuenten nada. Nosotros sabemos lo que hay que hacer, se lo hemos trasladado al Gobierno, y si quiere que lo haga", señaló.

respuesta La réplica se la dio el secretario de Relaciones Institucionales y Política Autonómica del PSOE, Gaspar Zarrías, quien reclamó al PP tres cosas: "sentido de la responsabilidad, sentido de Estado y sentido del ridículo". El mandatario socialista pidió a Rajoy "que se deje de excusas de mal perdedor, sea leal y se siente a trabajar por España". En su primera rueda de prensa en su nuevo cargo, Zarrías aprovechó también la peineta de Aznar en Oviedo para sacar los colores a los populares. Instó al PP a hacer un "análisis serio" y a dejar "fuera del debate" a quienes con sus "impresiones o actitudes perjudican la imagen del país". Lamentó, en referencia a Aznar, que alguien que ha presidido España durante 8 años haya dicho que "España es un país fundido", al día siguiente de que Mariano Rajoy asegurase que España era "un país serio y solvente".