madrid. El presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero, solicitó ayer a última hora comparecer ante el pleno del Congreso para explicar la actual situación económica. Fuentes del Ejecutivo confirmaron la presentación de esta iniciativa que, en el fondo, lo que busca es evitar que el presidente deba comparecer ante las Cortes por imperativo de los grupos parlamentarios. A la espera de que la Junta de Portavoces de la Cámara Baja debata hoy esta iniciativa, las mismas fuentes señalaron que Zapatero podría comparecer el 17 de febrero y podría informar, igualmente, del desarrollo y conclusiones del Consejo Europeo que se celebrará en Bruselas el próximo jueves.

Este consejo tiene carácter extraordinario y ha sido convocado por el presidente estable de la Unión Europea, el belga Herman Van Rompuy, para que los lideres de los 27 analicen en profundidad la evolución de la economía comunitaria.

Maniobra El anuncio de la comparecencia del presidente se interpreta como una reacción socialista a la iniciativa de CiU y PNV que ayer a la tarde registraron en el Congreso una petición conjunta para exigir la cita. Y es que, así las cosas, ya eran cuatro los grupos parlamentarios (PP, ERC y los nacionalistas catalanes y vascos) que habían pedido que el presidente acudiera a la Cámara Baja para, en sesión plenaria, hablar en exclusiva sobre la situación económica.

Estas dos formaciones nacionalistas también reclaman que el jefe del Ejecutivo aproveche esa comparecencia para explicar el plan de austeridad aprobado recientemente por el Consejo de Ministros y que implicará un recorte de 50.000 millones de euros en los próximos cuatro años. El pasado viernes, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, ya reclamó que Zapatero informase lo "antes posible" en sede parlamentaria sobre la propuesta de reforma laboral que ha presentado a empresarios y sindicatos.

Al ser cuatro los grupos que exigen explicaciones a Zapatero en sede parlamentaria, el PSOE ha optado finalmente por tomar ellos la iniciativa, que sea el presidente quien pida acudir al Congreso y evitar así una derrota parlamentaria.