Vitoria. El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, no descartó que quede todavía "algún fleco" en relación con la operación antiterrorista iniciada en Ondarroa, ya que, según dijo, tras las declaraciones de los detenidos "pueden abrirse otras vías de investigación". Asimismo, aseguró que tienen "pruebas suficientes" para demostrar la pertenencia a ETA o la colaboración con banda terrorista de los dos últimos detenidos ayer en Jaca y Ondarroa.
En declaraciones a los medios, Ares explicó que, en estos momentos, la Ertzaintza revisa el material encontrado en los dos domicilios de Jaca y Ondarroa y, además, esperan a conocer las declaraciones de los dos últimos detenidos del martes.
vinculados a eta En cuanto a estas dos últimas detenciones, Ares aseguró que el Departamento que dirige tiene "información suficiente para imputarles pertenencia o colaboración con banda armada".
Por eso, el titular vasco de Interior señaló la "importancia" de la operación antiterrorista desarrollada por la Ertzaintza, porque "se ha saldado ya con siete presuntos miembros o colaboradores de ETA en la cárcel".
Asimismo, destacó que, por orden de la Audiencia Nacional, la Ertzaintza actuara en Jaca, lo que le llevó a agradecer la colaboración de la Policía Nacional en la operación y recordar que la Policía vasca, "como ya habíamos anunciado, desarrolla su trabajo fuera de Euskadi; algo que reforzó el hecho de que ayer se publicara oficialmente en el BOE la disposición que permite la incorporación de la Ertzaintza a la comisaría conjunta que las policías españolas y francesa comparten en Hendaia.
"SEGAR LA CANTERA" Ares también vinculó esta operación con su intención de "trabajar para segarle la cantera a ETA, en que ETA tenga cada vez más dificultades para incorporar gente a sus filas.
En este sentido, la Policía cree tener razones para relacionar al presunto miembro de ETA detenido el martes en Jaca, Igor Martín Niño, con la colocación de un coche bomba en un polígono industrial de Ávila el 24 de septiembre de 2005, cuando solo tenía 26 años.
Aquel atentado se dirigió contra la fábrica de un empresario que es cuñado del ex presidente del Gobierno Adolfo Suárez y la detonación de los 80 kilos de explosivo que escondía la furgoneta utilizada provocó importantes daños en varias empresas por la onda expansiva.