vitoria. ¿Cómo está viendo desde Madrid los resultados del pacto PSE-PP y la marcha del Gobierno Vasco?

Con mucha normalidad y con bastante optimismo. Me parece que la percepción que yo creo que tiene la ciudadanía es de bastante tranquilidad y bastante serenidad.

Sin embargo, las encuestas no dan muy buenos resultados para el Gobierno de Patxi López. ¿A qué atribuye usted que haya cierto desapego hacia la gestión del Ejecutivo y hacia el pacto que lo impulsó?

Yo no minimizo en absoluto ningún tipo de estudio pero tampoco digamos que le doy más importancia de lo que habitualmente uno ve. No cabe duda de que todo es mejorable pero evidentemente vamos hacia una sociedad mucho más normalizada donde todos los vascos y vascas somos más parecidos e iguales en derechos y en deberes. Por tanto, veamos en el tiempo qué es lo que ocurre. Acabamos de empezar y este gobierno no cabe duda de que ha tenido bastante más y está teniendo bastante más palos en las ruedas en su gestión que lo que tuvieron otros. Me gustaría que a todos aquellos que se les llena la boca de tanto país, tanta patria que empujasen un poco más en la misma dirección.

Usted era el anfitrión de la conferencia de presidentes autonómicos que terminó casi como un ejemplo de lo que a usted no le gusta, porque aquello concluyó poco menos que como el rosario de la aurora. No se si está decepcionado por los resultados.

Me hubiese gustado que las cosas hubiesen sido de otra manera. Yo creo en los acuerdos y creo en los consensos y sobre todo porque creo que es la sociedad la que nos está reclamando todas estas cuestiones, y cuando ya desde el primer minuto, uno ya va con la posición del no, evidentemente tiene muchas posibilidades de que salga que no.

¿Por qué el Senado no termina de ser una cámara de representación territorial?

Es verdad que estamos avanzando muchísimo. Tengo que decir que en los últimos seis años se le ha dado un impulso muy importante en la medida que hoy el Senado está en la agenda de la política y está en la agenda de todo lo que hacemos, porque lo territorial, a pesar de lo que algunos crean, no es pasado, es presente y será futuro porque la diversidad territorial con el componente ideológico que representa a todos y cada uno de los territorios de nuestro país hace que estemos discutiendo permanentemente y poniendo asuntos sobre la mesa que tienen que ver con las comunidades autónomas. Y ahí no cabe duda que el Senado tiene un papel relevante y más que lo va a tener.

Volviendo a la situación actual en Euskadi, parece que las únicas tensiones entre PSE y PP vienen del territorio que usted mejor conoce y donde ha sido además muchos años secretario general. ¿Por qué hay esa tensión permanente en Álava?

Me parece que las tensiones también son circunstanciales en función de algunas cuestiones. Yo no creo que seamos distintos al resto; es decir, no cabe duda de que en Álava hay tres partidos políticos, el PNV, el PP y el PSE, que tienen un peso muy importante y que evidentemente pertenecemos a un territorio más pequeño que Gipuzkoa y Bizkaia. Eso conlleva estas tensiones que hemos tenido históricamente, pero no solamente entre partidos, sino también entre los propios territorios. La política tiene normas, tiene tensiones y sobre todo tiene acuerdos; es decir, no lo veamos como la anormalidad de lo que sucede aquí frente a lo que ocurre en otros sitios. Lo que me parece preocupante son otras cuestiones, como cuando uno abre la ventana más allá de la política y ve la situación en la que viven los ciudadanos. Eso es lo que verdaderamente me parece importante y a eso es a lo que debiera dedicar el tiempo la política y los dirigentes políticos más que a dar grandes titulares sobre las relaciones que pueda tener un partido con otro.