La inactividad de ETA ha sido casi siempre síntoma de que se avecinan acontecimientos, dramáticos o esperanzadores. Desde la política se oyen cantos de sirena de paz pero la lucha antiterrorista alerta de posibles atentados.
Inquietante "silencio"
HACE algunos meses que ETA no da señales de vida, exactamente el día 30 se cumplirán cinco desde su última acción armada en Calvià (Mallorca), en la que fallecieron los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salva, y el día 27 se cumplirán tres meses desde que hizo público su último comunicado, en el que expresó su "compromiso" de "firmeza en la lucha con las armas en la mano".
Pese a ello, la ausencia de atentados es, afortunadamente, un hecho hasta hoy, lo que ha desencadenado, como es habitual en estos periodos, especulaciones e interpretaciones diversas desde las filas políticas, algunas incluso vaticinando que la paz llegará esta misma legislatura. Lo dijo el martes el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, quien desgranó una serie de "factores", entre los que destacó el debate en el que está inmersa la izquierda aberzale oficial y cuya culminación llegará el próximo mes, quizá con una declaración sin precedentes en este mundo que dé paso a la "nueva fase" a la que aluden en sus documentos.
el precedente de 2006
"No-tregua, no-atentados"
Ayer, las interpretaciones vinieron de las filas jeltzales. A juicio del presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, actualmente nos encontraríamos en un situación de standby, "parece que estamos en un tiempo de no-tregua, no atentados", motivado por distintos factores, entre los que también citó la reflexión abierta en la izquierda abertzale oficial sobre la estrategia a seguir en los próximos años.
El líder jeltzale, que fue entrevistado en ETB, consideró que el actual contexto marcado por la ausencia de atentados de ETA es similar al que precedió al último alto el fuego en 2006. No obstante, insistió en que 30 años después, la ilegalizada Batasuna "está como está". En este sentido, destacó 2011, una fecha "significativa", sobre todo para la izquierda abertzale, ya que puede perder la única representanción institucional que le queda si no se puede presentar a los comicios municipales y forales.
Ante estos análisis y la posibilidad de que ETA estuviera respetando el debate interno de la izquierda abertzale, el líder del PNV se situó en un escenario post ETA y abogó por "coadyuvar" a la estrategia del Gobierno para conseguir la paz, por ejemplo, con la modificación de la política penitenciaria, pero sin que ETA y el Ejecutivo lo entiendan, advirtió, como "un precio a pagar al final de todo el proceso".
Finalmente, Urkullu recordó que su partido está desde hace meses "en la reflexión" de cómo abordar el final de la violencia. En este sentido, reiteró su oferta al resto de partidos de hacer un "diagnóstico compartido sobre todos los pactos habidos desde el Pacto de Ajuria Enea", desde la perspectiva de que el terrorismo no debe influir en la política.
lucha antiterrorista francesa
"ETA está débil, pero no muerta"
Frente a los cantos de sirena políticos, ayer salió al paso la voz de la experiencia en materia antiterrorista y advirtió alto y claro de que ETA "está debilitada, pero no está muerta". El jefe de la Unidad de Coordinación de la lucha antiterrorista en Francia, Loic Garnier, se explayó más de lo habitual respondiendo a las preguntas de un grupo de periodistas españoles.
Garnier explicó que en los últimos años ETA ha sufrido importantes golpes, lo que unido a que está dirigida por una generación más joven y "menos profesional que antes", hace que esté "debilitada". Sin embargo, alertó del peligro de una posible "radicalización" violenta de la organización, que, en su opinión, parece "intentar reorganizarse, cambiar la forma de pensar y de actuar".
"Creemos que tienen problemas, problemas a mi parecer de método, sus métodos están caducados y no están a la altura de la tecnología actual", explicó, al tiempo que calculó en menos de un centenar de personas su actual estructura.
Al margen de su composición, lo cierto es que dentro de una semana y media se cumplen cinco meses sin atentados mortales de ETA, lo cual no significa que no se hayan registrado actos de kale borroka. Es más, la violencia callejera se recrudeció el mes pasado tras la última operación policial contra Segi, en la que fueron detenidas 36 personas. En este contexto, cabe recordar lo sucedido en Leitza, donde un guardia civil simuló haber sido víctima de un atentado de ETA. Una falsa alarma, que permite hoy poder hacer interpretaciones esperanzadoras sobre el silencio siempre inquietante de la organización armada.
Imagen del último atentado mortal de ETA, en Mallorca. Foto: efe
Tres detenidos por su vinculación a Irrintzi
Tres presuntos miembros del grupo Irrintzi, que ha reivindicado numerosos atentados cometidos en Iparralde en los últimos años, fueron detenidos ayer por la mañana en Biarritz y en Avon, localidad de la región parisina. Los arrestos de Stéphane Callou y Sebastien Callou, y de Lionel Labeyrie, los tres de 22 años, se produjeron a las 6.00 horas en sus respectivos domicilios, que fueron registrados por la Policía. El último atentado reivindicado por Irrintzi fue cometido el pasado 1 de septiembre, cuando dos agencias inmobiliarias fueron tiroteadas en la localidad de Seignosse (en las Landas), donde se descubrió una carta que relacionaba el ataque con Irrintzi. Este grupo se ha atribuido una veintena de atentados o tentativas desde 2006 en el País Vasco y las Landas, como el perpetrado en agosto de ese año contra el domicilio en Ciboure de la ministra francesa de Justicia, Michèle Alliot-Marie. Esas acciones causaron daños materiales, pero ninguna víctima personal. Irrintzi suele atentar contra intereses inmobiliarios o turísticos en el País Vasco francés o en las Landas y con frecuencia firma sus acciones con la frase en euskera "El País Vasco no está en venta", mensaje que es también utilizado por otros.