portavoz del gobierno vasco

vitoria. Ha explicado que no se ha admitido ninguna de las mil enmiendas de la oposición porque antes también se hacía así.

No, yo lo que he dicho es que las enmiendas que se debatieron fueron desestimadas por la mayoría de los grupos de la Comisión de Hacienda. Fue así porque muchas de ellas incidían en aspectos trascendentales y el PSE y el PP, que apoyan el Presupuesto, no estaban de acuerdo. En cuanto a lo que comenta, yo les dije a los periodistas que en mis siete años en el Parlamento esto era algo habitual. Cuando no estás en los consensos del Presupuesto algunas de tus enmiendas pueden ser estimadas y aprobadas, pero la mayoría de ellas son desestimadas.

Cuesta entender que no hubiera alguna partida que les hubiera parecido simplemente bien o sensata.

La mayoría de ellas eran de disminución en algunas cuestiones que para nosotros eran muy importantes, otras eran de aumento o en partidas que nosotros hemos desestimado, como puede ser la ayuda a las familias de las personas presas. Parece mucho volumen pero en realidad son muchas enmiendas pequeñas.

¿Usted cree que los ayuntamientos no se merecen 120.000 euros para organizar los actos en memoria de las víctimas del terrorismo? Es una de las cosas que han rechazado.

No me conozco el Presupuesto de memoria, pero precisamente para eso se presentó el Mapa de la Memoria, que incluye ir ayuntamiento por ayuntamiento, allí donde hayan existido víctimas del terrorismo, para erigir un monumento.

En cualquier caso, ¿la imagen no es la de un rodillo? ¿No se acentúa un poco la brecha de una mayoría absoluta contra el resto?

En legislaturas anteriores el Presupuesto era aprobado con muchos menos votos a favor y muchos más votos en contra. Nosotros acordábamos con el PNV una serie de enmiendas que nos eran aceptadas y el resto nos las rechazaban absolutamente todas, cosa que nosotros asumíamos como una cuestión normal del juego parlamentario. El volumen en cuanto al porcentaje total del Presupuesto de las enmiendas del PNV no alcanza más que al 1,9% del total, y las de Aralar creo que no llegan al 4%. Se podría llegar a la conclusión de que el PNV comparte en la mayor parte el Presupuesto.

¿Se adelantó el Ejecutivo al anunciar la transferencia de las políticas activas de empleo para el 1 de enero?

Pusimos una fecha convencidos de que para entonces podía estar, primero porque se había alcanzado un principio de acuerdo con el Gobierno de España en una cantidad económica, y en segundo lugar porque teníamos unos grupos de trabajo que seguían un ritmo frenético. No es que nos equivocáramos, es que la transferencia es muy compleja, porque se trata de traer funcionarios del Estado, de patrimonio y de un montón de aspectos muy técnicos en los que se está trabajando para tratar de que la transferencia se pueda producir en cuanto se desbloquee la cuestión con el Gobierno de España.

¿Está el problema en los 170 millones de euros que dice el PNV que se deben exigir? ¿Es ése el motivo del retraso?

Evidentemente desde el Gobierno Vasco y desde el Gobierno de España se tienen diferentes ópticas sobre la cuestión, pero nosotros tenemos claro que la transferencia tiene que venir tal y como se acordó en el Parlamento Vasco hace muy pocos años, fruto de un acuerdo que firmamos el PNV y el PSOE. Nosotros llegamos a un principio de acuerdo con el vicepresidente Manuel Chaves en la cuantía y en cómo se debía de hacer, que era vía Cupo. En cuanto a las cuotas de Seguridad Social, evidentemente tenemos una posición diferente al Gobierno Vasco anterior. No jugamos al todo o nada, ya entraremos a pelear la parte de la cuota.

¿No cree que toda esta política de símbolos está ahondando en una brecha social en Euskadi?

Se ha enfocado tanto en cuestiones colaterales que parece que es lo único que estamos haciendo. Lo que hay que tener claro es que el Estatuto de Autonomía lo tenemos gracias a la Constitución española. No hay que verla como un obstáculo a la ciudadanía sino como un marco de libertad y de ámbito de defensa de nuestros derechos.