Vitoria. Como tantas veces ocurre en política, el guión sobre el que había de desarrollarse el debate de enmiendas parciales a los Presupuestos del Gobierno Vasco celebrado ayer en el Parlamento venía escrito de antemano. PSE y PP ejercieron su mayoría para sacar adelante sus correcciones a las Cuentas del Ejecutivo y renunciaron a las aportaciones de una oposición que vio reforzada su tesis de que la entente socialista-popular aplica el "rodillo" en una labor de gobierno "frentista".
Así pues, el último capítulo de la tramitación presupuestaria, su aprobación definitiva, promete una respuesta acorde a lo vivido ayer, con una más que presumible abstención del PNV, que no puede votar en contra en virtud del pacto de estabilidad firmado con los socialistas, y el seguro rechazo del resto de grupos de la oposición, salvo UPyD. Fue ésta la única formación que ayer pudo ver satisfechas parte de sus enmiendas por un monto de 1,56 millones de euros.
Así, la inmensa mayoría del más de un millar de enmiendas planteadas por los grupos decayeron, como ya se temían en el PNV, después de que el consejero de Hacienda, Carlos Aguirre, avanzara la postura del Ejecutivo a los jeltzales, en "un contacto fugaz que se hizo tarde y mal", según explicó el parlamentario Luke Uribe-Etxebarria. El jeltzale está convencido de que ha sido el PP el que ha marcado las reglas de la negociación presupuestaria, en virtud de un acuerdo de bases que le permite presionar al Gobierno para ser su único y exclusivo aliado.
Más allá de las materias concretas a debate, y de la escasa disponibilidad de fondos a que se ha visto sujeto el nuevo Ejecutivo vasco, cualquier proceso de aprobación de unas cuentas públicas tiene una lectura política inevitable. La de ayer pasa por la inmovilidad en las propias posiciones que uno y otro bloque se reprochan mutuamente.
"Las negociaciones han sido inexistentes, su dinámica es la aplicación pura y simple de un rodillo", censuró Uribe-Etxebarria, una opinión en la que coincidieron EB, que por boca de Mikel Arana lamentó la falta de"voluntad" de PSE y PP para alcanzar acuerdos, y Aralar. "El lehendakari del diálogo ni siquiera ha intentado llegar a acuerdos puntuales", denunció la portavoz de esta formación, Aintzane Ezenarro.
Según la formación abertzale, PSE y PP ejercen un "revanchismo" que el PSE negó, aunque el popular Antonio Damborenea admitió que "se aplica lo mismo que se recibió" por parte de PNV, EA y EB el año pasado, cuando al PP le rechazaron sus 800 propuestas. "Nadie nos ha pedido hablar de sus enmiendas, pero nos hemos reunido con el Gobierno para estudiarlas y son inviables", añadió.
El argumento del PSE ante la crítica de la oposición pasa por la austeridad de unas Cuentas de supervivencia y por la inviabilidad de unas propuestas apoyadas en las enmiendas de totalidad recién rechazadas. El auténtico frentismo, a juicio de Joana Madrigal, lo ejerce la oposición, y especialmente Aralar. "No hacemos nada por fomentar ese enfrentamiento que usted está deseando que se visualice. Usted busca ser la heroína de Lizarra y todo le vale para estar al frente de la manifa", reprochó Madrigal a Ezenarro.