BILBAO. En el vídeo, de cuatro minutos de duración, Basagoiti recuerda que cuando se votó la constitución tenía 9 años y fue "la primera vez que vi una urna, un sistema de votación". "La gente estaba allí haciendo unas colas tremendas y yo estuve en esa cola, no tenía derecho a voto, lógicamente, pero acompañé a votar a mi abuela, y yo notaba cierta ilusión", explica.
Basagoiti asegura que, a partir de ahí, de le entró "un poco de gusanillo por la política". "No es que valorase qué era la Constitución, porque no tenía edad para ello, sino para pensar en otras cosas más amenas, pero me sirvió para un poco ver que es, en el fondo, una cosa que la gente pide porque le da la gana y que sirve para votar lo que quiera".
Por su parte, Quiroga recuerda que cuando se aprobó la Constitución de 1978 ella tenía tan sólo cinco años, por lo que no tiene "ni un sólo recuerdo de esos días", de forma que todo lo que ha podido conocer ha sido "a través de los años y estudiando la carrera de Derecho". "Ahí empecé a valorar lo que supuso la aprobación de la Constitución del 78 y lo que más me llama la atención y lo que más valoro es la capacidad de acuerdo que tuvieron aquellas personas", añade.
Por otro lado, Oyarzábal recuerda que tenía 12 años y explica que aquellos años de la transición los vivió "con muchísima atención" en su casa, "porque los acontecimientos políticos los vivíamos con muchísima intensidad". "En aquel año llegaron mis primeros suspensos y también mi inquietud por la política", reconoce, para indicar que tenía "mucho interés por aquellos gobiernos de Adolfo Suárez".
En otro momento de su intervención, Basagoiti dice que después de unas décadas de aprobación de la Constitución "hay que ponerla en valor más que nunca". En ese sentido, advierte que su "obligación como político es, en vez de mirar para otro lado, cuando se la pretenden cargar, hacer frente a aquellas ideas que suponen la disgregación, porque eso sólo trae inestabilidad, incertidumbre y nos devuelve a épocas oscuras de España que ya están felizmente pasadas".
Quiroga opina, por su parte, que la Constitución supone para los españoles "un marco jurídico, las reglas de juego que tenemos que seguir todos, y eso es la garantía para todos nosotros de cuáles son nuestros derechos y nuestras libertades". Por ello, cree "importantísimo" defenderla "como es punto de partida, ese lugar en el que todos los españoles somos iguales en derechos y en obligaciones, en nuestras libertades".
Basagoiti considera, 30 años después, que la Constitución "ha servicio de verdad para avanzar, para que nuestro país progrese y también para que los derechos ciudadanos puedan alcanzar cotas que en ningún caso en aquel momento seguramente nuestros padres hubiesen imaginado que iban a alcanzar". "La Constitución rompe con una España inestable, de incertidumbre, de peleas, de bandos, de dos Españas y ese es el espíritu que hay que mantener", agrega.
Quiroga considera que su generación "tiene que poner en valor ese acuerdo, esa capacidad de acuerdo, que hizo que esas personas dejaran de lado su ideología", mientras que Oyarzábal opina que "fueron años de mucha ilusión y tenemos que reivindicar aquel espíritu con el que nos unimos para defender los derechos de todos".