vitoria. El Gabinete López cerró ayer una semana delicada que comenzó marcada por su disputa con sus compañeros del PSOE por el retraso de la transferencia de las políticas activas de empleo y acabó con un áspero encontronazo con el socio preferente que tiene en el PP a cuenta de las ayudas a parados que ya han agotado su subsidio por desempleo.
El secretario general del PP vasco, Iñaki Oyarzábal, quiso explicar ayer a qué responden estas posturas que ocasionalmente mantiene su formación y que siguen cogiendo por sorpresa a unos socialistas que a veces esperan una mayor "lealtad" del PP al Acuerdo de Bases que ambos firmaron al inicio de la legislatura y que permite a Patxi López gobernar desde Ajuria Enea.
Según explicó el número dos de los populares vascos, el pacto con los socialistas goza de "muy buena salud" y el PP "respalda" al Ejecutivo. Sin embargo, eso no puede suponer que el PSE espere que los conservadores apoyen "a pies puntillas" todo lo que hace el Gobierno.
El desacuerdo que surgió el jueves en el Pleno del Parlamento Vasco cuando el PP se sumó a una moción de Aralar en materia de inserción laboral reverdeció los enfrentamientos que en otros tiempos mantenían ambas formaciones y dio pie al socialista Bixen Itxaso para reprochar a la bancada popular la "lección de lealtad a los pactos" que, a su juicio, estaban dando. No contentos con eso, Esther Martínez respondía a Itxaso que su lealtad es con los ciudadanos y le devolvía la pelota acusando a su partido de "frivolizar" con el asunto de las transferencias de empleo con el que se desayunó el Ejecutivo vasco al comienzo de la semana. "Ustedes fomentan empleos para levantar tabiques" y "ofrecen un máster en corrupción", zanjó irritado Itxaso.
derecho a discrepar A esas alturas, con la segunda derrota parlamentaria en el zurrón -las dos propiciadas por el desmarque de los votos populares que le son imprescindibles al PSE para sacar adelante sus propuestas-, parecía evidente que los dolores de Patxi López no iban a limitarse a la ciática que le retuvo la semana pasada en reposo.
En cualquier caso, una vez hecha esta advertencia por la que quedaba claro que una cosa es apoyar a un Gobierno "sobre una serie de políticas", y otra gobernar con él siguiendo una misma disciplina, Oyarzábal quiso templar las aguas subrayando que su partido actuará "con lealtad y responsabilidad", aunque haya -y vaya a haber- materias en las que ambos partidos "discrepen", especialmente en materia económica y de empleo. "No se nos puede pedir que no defendamos nuestro criterio en materias en las que podamos discrepar". "Somos un partido que respalda al Gobierno pero que está en la oposición", indicó Oyarzábal, al tiempo que reiteraba que el PP no comparte "al cien por cien" el proyecto del PSE.
Sin embargo, sí hay otras materias en las que coinciden y que quiso poner en valor como indicadores de la fuerza que aún tiene su pacto, como son aquéllas que permitieron a ambos partidos acordar enmiendas a los Presupuestos, o las relativas a dejar de "discriminar" el modelo educativo sólo en castellano.
Por eso, Oyarzábal prefirió cerrar su intervención dejando atrás sus roces con el PSE y mirando hacia el PNV, al que culpó del caso de las políticas activas de empleo siguiendo una estrategia de pacto con el PSOE que tachó de "mezquina".