acer un ejercicio de rectificación cuando te has equivocado nunca está de más y quiero dedicar este espacio a la figura de don Víctor Laguardia Cisneros para alabar su capacidad para sobreponerse a cada golpe recibido y renacer de nuevo. Si les digo la verdad, no daba un céntimo por volver a ver a ese central imperial que se erigió en figura clave en todos los grandes momentos del Deportivo Alavés en los últimos años. Un defensa de enormes garantías, duro, poderoso y con un fuerte carácter para marcar terreno. Pero, sobre todo, un jugador con la capacidad de hacer mejores a todos los que le acompañaban en la zaga. Que las mejores épocas del equipo coincidiesen con sus buenos momentos no es ninguna casualidad, como tampoco lo es que los hundimientos defensivos se produjesen cuando no estaba disponible o cuando su nivel distaba mucho del habitual. Tras sobreponerse a una grave lesión de rodilla, volvió por sus fueros con galones; pero tras el parón de la pandemia y una pretemporada atípica, el pasado curso le costó mucho alcanzar la plenitud. Yo creía que iba a ser imposible que la recuperase, que sus mejores días habían pasado. Me alegro de haberme equivocado. El Gudari, hoy capitán y leyenda albiazul, está mejor que nunca. Y El Glorioso lo nota.