os Juegos Olímpicos más atípicos de la historia verán este mediodía cómo se extingue la llama en el pebetero del estadio olímpico de Tokio para entregar el testigo a París 2024. La conocida como ciudad de la luz asume el reto de devolver al evento deportivo el lustre que no ha podido tener en tierras niponas. Lo va a tener fácil París para superar a Tokio. Solo con el regreso del público a las gradas ya será una medalla ganada. En el plano deportivo, Tokio ha designado Rey de la velocidad y heredero de Usain Bolt a un poco conocido italiano Marcell Jacobs. La final femenina del hectómetro deparó un histórico triplete de Jamaica con Elaine Thompson-Herah como ganadora, escoltada por Shelly-Ann Fraser-Price y Shericka Jackson. La venezolana Yulimar Rojas pulverizó el récord mundial del triple salto (15,67 metros). Sin embargo, la prueba reina de estos juegos han sido las dos históricas finales de 400 metros vallas. La estadounidense Sydney McLaughlin bajó por vez primera de los 52 segundos, batiendo además su anterior mejor marca mundial. El noruego Karsten Warholm se coronó en esa distancia en lo que se considera ya en una de las mejores carreras de atletismo olímpico. Mientras, en la piscina Caeleb Dressel se colgó cinco medallas de oro, y la australiana Emma McKeon ganó siete metales.