omo si fuera una peli, fui guiando a los viejillos por la historia. Salimos de Pamplona para volver a Vitoria. Y cuando paramos en el peaje, vimos que el coche de atrás hacia algo raro. Pagamos. Se levantó la barrera. Sonaba Give it away de Red Hot Chili Peppers. De repente vimos cómo los de atrás salían a toda leche para no dejar que la valla bajase y colarse gracias a nuestro eurillos. Cuando uno cuenta algo así en nuestro amado templo del cortado mañanero sabe desde el segundo uno que los venerables siempre se van a posicionar a favor del otro, solo por el mero hecho de tocar la curcusilla. Así que me esperaba que me dijesen que nos lo teníamos merecido por pánfilos, que los otros hicieron bien como ejercicio de protesta contra el chantaje de los peajes, que en esta vida están los que solo saben cumplir las normas y los que abren camino rompiéndolas... Pero para mí sorpresa -creo que el bicho está transformando a esta parroquia- se solidarizaron con nosotros. Es más, argumentaron que no hay nada peor que un pobre robando a otro pobre. Admitieron la posibilidad de que los del otro coche tengan pasta para aburrir y se dediquen a aprovecharse de los demás por diversión. Y ahí empezaron a meterse con ellos y a pasarme a mí la mano por la espalda. Incluso creí que me iban a invitar al café. Pero no.