nada que frecuentes un poco la cosa política con cierto nivel desapasionamiento vas comprendiendo que en este negocio el envoltorio tiene mucha importancia. La misma decisión con distinto lazo puede acabar teniendo muy distintas acogidas. Ejemplo práctico: negociación de los Presupuestos Generales del Estado, acuerdo del Gobierno de PSOE-Unidas Podemos con ERC. Gabriel Rufián, experto en eso que estamos llamando lazos, destaca el acuerdo en torno a una enmienda que “devolverá la plena autonomía a la Generalitat de Catalunya para gestionar sus gastos” -recordemos el horizonte electoral que afronta Catalunya en febrero- y el pacto para abordar una reforma fiscal que, entre otras cuestiones “acabe con el dumping fiscal de facto y con el paraíso fiscal montado por la derecha en la Comunidad de Madrid”. Aquí, Rufián se dirige a los suyos, pero de paso ofrece una magnífica percha al PP y a su actual -y mejor- ariete contra el Gobierno Sánchez, Isabel Díaz Ayuso, para poner su propio lazo a ese mismo acuerdo y, como Escarlata O’Hara, prometer ni un paso atrás. La confrontación Madrid-Barcelona funciona bien. Hasta aquí los lazos. El PSOE hasta ahora no ha conseguido vender que el acuerdo le permitirá aprobar los Presupuestos de 2021 y sustentar la legislatura. No es moco de pavo.