La memoria me falla. Pensaba que había pasado menos tiempo, pero en realidad fue a finales de 2016 cuando estuve en el Centro Social de Adurza tomando parte por primera vez en el ciclo de conferencias que, con muchas ganas y empeño, llevan a cabo desde el Fórum 50/70, un grupo de personas inquietas, cuya curiosidad es algo de agradecer y valorar. Debí dejar buena impresión -ama, parece que tus esfuerzos educativos han dado para algo- porque hace un par de meses me volvieron a llamar para tener el honor (para mí lo es) de participar en sus charlas, ahora que la iniciativa cumple 25 años, que se dice pronto. El pasado jueves a los asistentes les sometí a una tortura de hora y media, que ya me perdonarán. Estuvimos hablando largo y tendido de este trabajo, que está lleno de detalles, contradicciones, momentos álgidos y alguna que otra vergüenza. Supongo que en el periodismo pasa como en otras profesiones al fin y al cabo, aunque en nuestro caso la responsabilidad social tiene un peso mayor. Pero más allá de las tonterías que pude decir, lo destacable es la amabilidad, el respeto y la cercanía que, por segunda vez, me transmitieron desde esta iniciativa que ojalá dure mucho tiempo. Es un gran aporte a esta ciudad nuestra.