la televisión pública húngara renuncia a participar en el próximo Festival de Eurovisión por tratarse de un certamen “demasiado gay”. ¿Desde cuándo se aceptan en la Unión Europea ataques homófobos por parte de sus miembros? Porque esta negativa a tomar parte en Eurovisión viene ordenada desde arriba, desde el ejecutivo que preside el ultraderechista Viktor Orbán, según ha desvelado el periódico británico The Guardian. La medida tomada por el ente público húngaro supone el colofón -de momento, y esperemos que no pase de ahí- a una creciente homofobia promovida por un gobierno que apuesta por las familias tradicionales y se opone al matrimonio de parejas del mismo sexo. Aterradora la impunidad de ciertos políticos a la hora de censurar o de acabar con derechos humanos que creíamos ya consolidados. Aparte de la estupidez de intentar medir el grado de homosexualidad. Poco, mucho, bastante, todo, nada, casi nada, casi todo... Ya me dirán cómo se es demasiado heterosexual o demasiado homosexual. Ya me dirán hacia dónde deriva la sociedad con discursos y argumentos como estos. Piénsenlo bien a la hora de votar, por favor. No hace tanto que algunos creyeron que el fascismo y el totalitarismo no eran tan malos...