n el arranque de los días festivos de Semana Santa y con la pandemia manteniendo su tendencia al alza en el número de incidencia acumulada, cabe recordar la necesidad de cautela y prevención en las jornadas que tenemos por delante y en el marco de comportamiento decretado por las autoridades. Este periodo vacacional no debe hacer olvidar la tendencia ascendente que nos encamina hacia la cuarta ola de la pandemia. El equilibrio ejercido tras las últimas restricciones del Comité LABI que cerrará perimetralmente los municipios y territorios que superen la incidencia considerada como alerta roja -400 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas- y la apertura de la movilidad con reserva hotelera pueden dar lugar a la proliferación de comportamientos basados en el interés propio y no el común. Al periodo vacacional en el que estamos inmersos se unen la llegada intensiva de vacunas, con nuevas partidas para Euskadi y la puesta en marcha de grandes instalaciones para dar cauce a las inmunizaciones masivas en equipamientos como el frontón Lakua en Gasteiz, La Casilla y el BEC en Bizkaia y el estadio de la Real e Illumbe en Donostia. Se trata de circunstancias esperanzadoras que permitirán, si el ritmo de recepción de vacunas se cumple, la aceleración de la inmunización en primavera, sin embargo, aunque la Semana Santa y Pascua atraigan la demanda de movilidad es conveniente, como así lo ha recomendado el Gobierno Vasco, limitar nuestros desplazamientos, no colapsar los lugares más turísticos de nuestra geografía, respetar las normas y así proteger no solo nuestra salud sino la de toda la población. Araba y Gasteiz se sitúan ya al borde de entrar en esa zona roja, lo que podría implicar un incremento de restricciones a partir del próximo martes. El aumento un 20% en una semana de la incidencia acumulada -de 223 a 277 casos- confirma la solidez de la tendencia ascendente de la curva y además a mayor ritmo. Un ascenso que protagoniza la CAV en un periodo tan sensible como este, que alberga las demandas de movilidad. Un escenario que ha de llamar a la cautela cumpliendo con rigor las medidas de prevención. La mayor seguridad para la contención del virus es preservar la salud pública y ese ha de ser, con todas las noticias optimistas sobre la vacunación pero con una tendencia al alza en los contagios, el compromiso individual de todos y todas.