a pandemia, como ya hemos comentado hasta la saciedad, está poniendo al mundo de la cultura sobre las cuerdas. Aunque unos sectores están más cerca del K.O. que otros: los que tienen que ver con las industrias del entretenimiento (videojuegos, televisión, plataformas que ofrecen series, películas, música€ por internet) han salido fortalecidos, los que tienen que ver con las artes vivas (teatro, danza, música en directo) son los más perjudicados. El mundo editorial no ha notado excesivamente esta nueva crisis aunque las librerías han sufrido una apreciable caída de ventas en beneficio del omnipresente Amazon, uno de los emporios del comercio electrónico más beneficiados por esta crisis. Las artes visuales, con las restricciones de aforos, suspensión de las ferias de arte€ siguen en caída libre. Finalmente, el cine, nunca había tenido sus salas tan vacías. El saldo, por lo tanto, es como para echarse a llorar hasta acabar deshidratado, pudiendo resumirse este proceso en una frase: durante esta crisis, los peces grandes se han hecho más grandes comiéndose a los peces que cada vez son más pequeños.

Dentro de este sombrío panorama, vamos a hablar de la revista de cómic de humor TMEO. Una rara avis dentro del mundo editorial. En principio, porque se trata de una publicación que carece de director, pues el TMEO funciona de manera asamblearia desde hace 34 años. También carece de línea editorial. Como dicen sus colaboradores, "nos la esnifamos en los ochenta". Por otra parte, nunca ha recibido subvención alguna. También fue pionera en financiarse con las aportaciones de pequeños anunciantes: tiendas, bares, peluquerías, salas de conciertos€ Gracias a ello, el TMEO exuda libertad: no depende de institución pública o privada alguna. "Sin censura, ni corrector", es otra de sus máximas. Los contenidos los seleccionan un grupo de dibujantes que califica todo el material que les llega publicando finalmente el material de mayor a menor puntuación.

Pero la pandemia está haciendo mella en esta revista fundamentalmente porque los pequeños anunciantes (hosteleros, fundamentalmente) están siendo los más afectados por las medidas restrictivas de nuestros gobiernos. Y así, por quinta vez consecutiva, el TMEO sigue publicando sus anuncios pero, como apoyo a los "peces pequeños" no les está cobrando dicha publicidad. Y tampoco distribuye su número en ellos, aunque sí en los kioscos de Euskal Herria y en las tiendas especializadas en cómic del ámbito nacional.

¿Cuánto tiempo aguantarán así los incombustibles del TMEO? No lo sabemos. Pero están peleando duro. Son un David contra el Goliat de la pandemia. Para contrarrestar esta situación están poniendo a la venta su material también en versión digital en https://payhip.com/tmeo. Y anuncian su regreso a los bares con un próximo número Especial bares. Necesitan -aunque no lo digan- el apoyo de los lectores en esta ya larga batalla para sobrevivir hasta su regreso a los bares.