¡Qué bonita la vida! (canta Dani Martín) que da todo de golpe y luego te lo quita, a veces cuenta contigo, a veces ni te mira. Cruxum, amiga entrañable, infinitamente buena, compañera de sueños y de juventud, alegre, entusiasta y entregada mujer, comprometida siempre con los más débiles, te has ido como tú eras, sin hacer ruido, con un “os quiero mucho a todas” en el WhatsApp que es lo que permiten estos duros tiempos que nos ha tocado vivir. Te has ido cuando se van yendo tantos abuelos, tú que hasta tu jubilación los cuidaste con esmero durante tantos años de vida laboral en la Residencia Zadorra. ¡Qué bonita la vida cuando baila su baile, que se vuelve maldito cuando cambia de planes! Notaremos tu ausencia y pensaremos que has “bajado a Madrid” a un concierto de tu admirado Bruce Springsteen o a Chipiona, la de las calles llanas, la que Jesús y tú habíais elegido para los últimos años de vuestra vida, aunque ya no pueda ser. Cuando el confinamiento pase nos juntaremos y brindaremos contigo y por ti. Será un día de sol. Nada de tormentas, truenos ni petardos, que te asustan. Lorenzo, dale el mejor sitio a tu lado, donde no se queme pero que esté calentita como a ella le gusta. ¡Qué bonita la vida... y tan bonita es que a veces se despita! Gracias por haber compartido la tuya, amiga sencilla, afable y conciliadora. Dejas un vacío enorme. Que tu ejemplo de vida nos convoque para seguir unidas y dar lo mejor de nosotras. Gracias por tu amistad, te queremos, descansa en paz. ¡Qué bonita la vida... es vida lo que nos das!Tus amigas