Los líderes africanos que llegaron al poder en el siglo pasado, tras los movimientos independentistas, aún no comprenden las reglas de la democracia. Muchos insisten en aferrarse al poder a pesar de las demandas populares de cambio y de su ineficacia tras casi 50 años de independencia en muchos países africanos. La mayoría de estos países siguen teniendo problemas básicos sin resolver que afectan a sus poblaciones. Hay una larga lista de presidentes en África que se resisten a abandonar el poder. La generación Z lucha en las calles por el cambio, el progreso y la modernización de sus países. Los jóvenes quieren poner fin al ciclo de gobiernos que han frenado el progreso en la gran mayoría de los países africanos. La generación Z se niega a considerar la migración como la única vía para una vida digna.
A pesar de los importantes cambios en el liderazgo de diferentes países africanos, siguen en el poder presidentes de más de setenta años que se niegan a ceder el poder a los jóvenes, como es el caso de Teodoro Obiang Nguema en Guinea Ecuatorial, que lleva más de 40 años gobernando el país. Paul Biya en Camerún, que a sus 92 años ha anunciado que se presentará a las próximas elecciones tras más de 40 años en el poder. Lo mismo ocurre en Angola y Mozambique, donde, a pesar de las innumerables manifestaciones que exigen un cambio, la FRELIMO y el MPLA siguen aferrándose al poder tras 50 años de gobernanza muy cuestionable. El anuncio del ugandés Yoweri Museveni, de 80 años, de que se presentará a la reelección en enero de 2026 ha indignado a la oposición y a la opinión pública del país. Museveni gobierna el país desde 1986, tras sustituir al famoso Idi Amin, cuyo cruel y duro régimen inspiró la película de Hollywood El gran dictador.
cambios estructurales en Uganda
La oposición del país, liderada por Robert Kyagulangi, apodado Bob Wine, denunció el fraude en las elecciones de 2021 y vuelve a cuestionar la candidatura de Museveni en las próximas elecciones, en un momento en que la juventud y la población en general del país reclaman cambios estructurales. Hay una gran afluencia de refugiados al país expulsados de la República Democrática del Congo por la milicia M23. El Parlamento ugandés ha aprobado una de las leyes más punitivas contra la comunidad LGBTQ+ del mundo, que condena a la pena de muerte cualquier expresión homosexual en el país.
Los grupos de mujeres contra la violencia de género reclaman leyes que las protejan, los Derechos Humanos se violan a diario en el país, la población exige cambios. Aunque el presidente Museveni se jacta de los buenos datos económicos y la estabilidad política del país, según la oposición y la población, solo él lo ve así, ya que el resto de la población sigue percibiendo lo contrario.
Alguien dijo una vez: “La cirugía más difícil del mundo es destituir a un político empapado de poder de su cargo”. Esa afirmación tiene sentido en algunos países, especialmente en África, donde, a pesar de las protestas populares y las quejas de las organizaciones de derechos humanos, la oposición y otros, quienes están en el poder se niegan a dejar paso a las generaciones futuras. En Togo, la población pide el fin de la dinastía Gnassingbé, donde entre el hijo, Fauré Gnassinbé, y el padre, Gnassingbé Eyadema, han acumulado 57 años de poder en este país de África Occidental. La generación Z está impulsando el cambio en todo el mundo, incluso en África. Su principal aliado son las redes sociales. Senegal, Burkina Faso, Níger, Mozambique, Angola y otros países están dando ejemplo. Ahora todas las miradas están puestas en Guinea Ecuatorial, Camerún y Uganda.