TVE se ha montado un Todo es mentira sin Risto Mejide al que han llamado Malas lenguas con Jesús Cintora. Nos prometieron un programa ambicioso con una sección al estilo de Las noticias del guiñol de Canal Plus, pero nos han endosado unos Lunnis reciclados que mueven unos tipos que ni se molestan en esconderse debajo de la mesa ni en cambiar la voz y que sueltan chistes tan elaborados como “¿Me puedes decir dónde está el juzgado?, ¿Qué juzgado? El que tengo aquí colgado” mientras Cintora y los mismos tertulianos de siempre les ríen las gracias con un público que aplaude rendido.
Esperábamos un programa para la reflexión que denunciara los bulos del día regado, si acaso, con un humor inteligente, ingenioso y brillante al estilo de El Intermedio de Wyoming pero nos han endosado una mezcla de Todo es mentira y la tertulia de Ana Rosa, con los mismos reportajes sobre señores franquistas que publican libros (aunque aquí no los adulan el resultado es el mismo, hacerles publicidad) y unas innecesarias ganas de hacer famoso en televisión a toda esa peña que busca hacerse famosa liándola y que hasta ahora solo conseguían casito en internet.
Así que entenderán que lo nuevo de Cintora me haya decepcionado profundamente porque ha venido a traer más de lo mismo y no precisamente de la sección gourmet, y así no se revoluciona nada en televisión, ni siquiera en La 2. De hecho, empiezo a temer que, tras emparejarlo con La 1 para darlo a conocer en su lanzamiento, acaben emitiéndolo en simultáneo por el Canal 24 Horas para rascar unos decimales de audiencia, aunque ello suponga reducir la oferta de la televisión pública.
Además, parece imprescindible que Malas lenguas organice mejor su escaleta porque muestra el mismo orden y concierto que las bolas del bombo de la lotería, donde reporteros, humoristas y muñecos mezclan a cada rato información, opinión, egos, ganas de aplauso y chistes, que ni siquiera van parcelados en secciones, que es lo mínimo que se le puede pedir a un programa de dos horas. Es lo más parecido al caos que hay ahora mismo en televisión, donde no sabes cuándo van en serio o en broma.
¿Que hay cosas interesantes y algunos buenos fichajes? Por supuesto que sí. Pero todo queda desdibujado por esas ganas de conseguir el aplauso fácil a cada rato y esos debates tipo yenka (izquierda, izquierda, derecha, derecha...) con la misma gente repitiendo argumentario, que solo con ver dónde se sientan sabes qué van a decir.
Y por último, solo decirles que se traten esa madriditis que lo inflama todo y que consigue que eleven a titular principal cualquier chorradita que no da ni para breve solo porque ocurre en Madrid. Ni se imaginan cuánto aburren.