Testigo Pedro Sánchez
Llegó el 30 de julio y Pedro Sánchez se acogió a su derecho a no declarar. Siguiendo el guión preestablecido, si me permite añadir. En serio, ¿Qué otra cosa cabía esperar? Aunque, leyendo cómo han recogido algunos titulares el hecho, queda claro que en ciertos medios ya habían juzgado -y, por supuesto, condenado- y que las presunciones y los derechos constitucionales lo son o no en función del protagonista. Curioso el concepto de justicia e igualdad que tienen algunos que aquí ven un flagrante delito, pero compraron que Ana Mato no sabía nada del Jaguar de su garaje.
Querellante Pedro Sánchez
Esto, si me permiten, también estaba en las quinielas. Horas después de acogerse a su derecho a no declarar, Pedro Sánchez presentaba una querella por prevaricación contra Juan Carlos Peinado, el juez que le ha citado como testigo y que instruye la causa contra su mujer. El escrito, firmado por la Abogacía del Estado, alega “el injusto proceder del magistrado” y la “arbitrariedad proscrita constitucionalmente” que practica contra el máximo representante del Poder Ejecutivo. Un nuevo capítulo en este delirio colectivo y en el particular manual de resistencia de Sánchez. Pues nada, seguimos.
El clavo
Antes de que saltara la noticia de la querella de Sánchez, había escrito que, en todo lo que rodea al caso de Begoña Gómez, se están mezclando ya demasiados elementos. Algunos con juicio, y aquí quiero recordar a Aitor Esteban reconociendo que no, no es la Gürtel, pero éticamente está feo. Otros, no exentos de intereses partidistas para tratar de evitar la irrelevancia política. Y aquí me refiero a Vox, única acusación popular a la que se permitió acceder a Moncloa para el interrogatorio, que se ha aferrado a este clavo ardiendo porque poco más les queda para que les hagamos casito.
¿Qué va a hacer ERC?
La otra gran incógnita de la semana es qué harán las bases de ERC en la consulta del viernes, porque lo que decidan sobre el preacuerdo con el PSC para investir President a Salvador Illa será vinculante. Se adivina un proceso largo y con muchas incógnitas: ¿deberá pasar también por el Congreso? ¿Se abre ahora la puerta a que se extienda a otras comunidades autónomas? Y, sobre todo, ¿qué pasa con Junts? A nadie escapa que los de Puigdemont y Borrás han quedado en una posición incómoda y han demostrado no llevar bien que otros les marquen el paso.