Vulnerables
Hospitales, aeropuertos, parlamentos, supermercados. Somos vulnerables, y el colapso que se vivió ayer en medio mundo lo demuestra. El origen, CrowdStrike, una de las principales plataformas de ciberseguridad en internet. Explicado someramente, falló uno de sus herramientas para detener infracciones en la nube. Al ser uno de los sistemas de protección para Windows, la mayoría de redes de servidores se bloquearon. La caída es una de las más grandes de la historia de la tecnología, afectando a casi todos los países y sectores. Un recordatorio de que hemos hecho que internet sea nuestra vida. Y podemos pagarlo caro.
La vieja escuela
El temido “efecto 2000” ha terminado llegando, 24 años tarde. El problema era tecnológico, pero las consecuencias se han vivido en el mundo real. Vuelos cancelados, clientes que no han podido pagar su compra con tarjeta en el supermercado e, incluso, tratamientos que no se han podido realizar porque, para ello, en el hospital debían acceder al historial ubicado en la nube. A grandes males, grandes remedios: un tuitero compartía la foto de su tarjeta de embarque, escrita a mano. Otro tuitero respondía: “A veces, “la vieja escuela sigue siendo la mejor forma cuando la tecnología nos falla”. La única, de hecho.
Esto también es Osakidetza
La mejora de Osakidetza sigue sobrevolando la actualidad vasca y la ronda de contactos del lehendakari. Muchos estamos de acuerdo en que hay margen de mejora, pero esto no significa (como algunos se empeñan en señalar) que todo sea un desastre ni que seamos unos hipócritas por reconocer lo obvio pero no querer entrar al juego de magnificarlo por intereses electorales. Osakidetza funciona, lo hace con nota y también protagoniza noticias positivas como ésta, compartida en el perfil en X de la OSI de Cruces: “El equipo de trasplante renal ha alcanzado este mes la cifra de 100 trasplantes renales realizados”.
Normalizar lo normal
Sobre la ronda del lehendakari, ayer había una expectación especial por su encuentro con el sindicato ELA. No en vano, era el primer encuentro en 11 años de ELA con un lehendakari, después de que Imanol Pradales se haya desmarcado de la decisión de su predecesor, Urkullu, que sólo se reunió una vez con Txiki Muñoz, en 2013. Mitxel Lakuntza aprecia la “disposición” de Pradales al diálogo pero le exige un “cambio de rumbo” (¿No lo ha dado ya?) y valora que se “normalice lo que debería ser normal” pero, acto seguido, avisa de que no van a conceder un parón en su estrategia de confrontación. La normalidad, según ELA.
Lo de Begoña
Pues al final, no declaró. Begoña Gómez se acogió a su derecho por consejo de su abogado y, como llegó a los tribunales, se fue. Algunos titulares hablan de fiasco, pero yo no creo tanto, porque está siendo todo bastante ilustrativo. No carece de razón el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado, cuando apunta en twitter: “Esto debe ser la regeneración democrática que nos proponía el todavía presidente del Gobierno esta semana”. Ironías aparte, no declarar es un derecho. A lo que no le veo explicación es a qué hacía con una investigada y su abogado el jefe de prensa del PSOE.