En los últimos años, el pueblo africano viene demostrando al mundo que la fuerza de sus naciones, la soberanía de sus países, reside en él.
La lucha y el clamor del pueblo destituyó al presidente de Níger, Mohamed Bazoum, a quien el pueblo consideró que no tenía la suficiente valentía para luchar contra la corrupción, la inseguridad y la pobreza extrema en el país. Níger, el cuarto mayor productor de Uranio del mundo según la World Nuclear Association, tiene buena parte de su población sin electricidad, porque el uranio que produce solo beneficia a los países ricos. El pueblo, está diciendo no a este tipo de injusticias. Por ello, ha destituido y pretende destituir a todo aquel mandatario o mandataria que no sepa llevar con responsabilidad los destinos del país.
En Burkina Faso, el joven Ibrahim Traoré respondió con determinación al mandato del pueblo burkinabé. El país del gran panafricanista Thomas Sankara está empezando a tomar las riendas de su propio destino. Según sostiene Ibrahim Traoré, no se puede ser soberano cuando se tienen en tu país bases militares americanas y francesas, cuando no tienes control financiero. El Franco CFA, la moneda usada en los países del África occidental, es controlada por el Banco Central Francés. El oro y todos los recursos naturales de Burkina Faso son explotados y comercializados por Francia y Estados Unidos. Ibrahim Traoré está cambiando esta realidad, una realidad que ha condenado al ostracismo al pueblo burkinabé durante los casi 40 años de gobierno autocrático de Blaisse Campaoré. Burkina Faso, así como otros estados africanos, está trabajando en su propia moneda y en la autonomía de sus instituciones para la gestión de forma equitativa y justa de los recursos de los que el país dispone.
En Gabón, a petición popular, el ejército intervino y echó del poder a la dinastía Bongo. La familia Bongo estuvo cerca de 47 años llevando los destinos de Gabón. Los recursos económicos derivados del petróleo eran única y exclusivamente para satisfacer las necesidades de la familia Bongo y sus allegados. El pueblo gabonés dijo basta y en menos de veinticuatro horas depuso del poder a Ali Bongo, hijo del entonces presidente Omar Bongo. El desalojo fue tan vergonzoso, que se vio por los canales públicos de televisión gabonesa cómo salían de la casa del presidente de la Asamblea Nacional de aquel país maletas de dinero que no cabían en las furgonetas. Todo eso, mientras el pueblo no puede cubrir sus necesidades básicas. Hoy dirige los destinos del país, con beneplácito popular, Raymond Ndong Sima.
En Guinea Conakry, la población evitó la reforma de la constitución para un tercer mandato del destituido presidente Alpha Koné. Guinea Conakry, un país extremadamente rico, el país del mundo con la mayor reserva de oro, saboteado hasta la extenuación por Francia y sus aliados, vio en el proceso democrático y soberano de elección de Alpha Koné un nuevo inicio para el país. Por ello, no ha permitido que este quisiera cambiar la constitución para perpetuarse en el poder. El pueblo guineense, usando de su soberanía, destituyó a Alpha Koné y tiene en este momento el país bajo el mando de Mamady Doumboya, hasta la celebración de elecciones.
Lo mismo ocurrió en Mali, en Sudán y se acaba de presenciar en Senegal. El gran poder, la fuerza y la determinación del pueblo senegalés fueron un ejemplo democrático en África. En este país, el cesante presidente Macky Sall hizo todo lo posible para mantenerse en el poder. Empezó por encarcelar a sus adversarios, los jóvenes Ousmane Sonko y Diomaye Faye. Después, intentó cambiar la constitución para poder presentarse a un tercer mandato, pasando por encima de lo que emana la ley magna senegalesa. La juventud universitaria, de la Universidad de Dakar, paralizó el país durante semanas, con varias manifestaciones y protestas. La presión fue tal, que el cesante presidente Macky Sall tuvo que desistir de sus intenciones. Los jóvenes Ousmane Sonko y Diomaye Faye, que hasta una semana antes de las elecciones del país se encontraban encarcelados, acaban de hacerse con la presidencia de Senegal. Tienen por delante el gran reto de restablecer la soberanía del país, y luchar por la redistribución equitativa de los recursos.
Cabo Verde, esta isla del Atlántico, ha conseguido a través de su nuevo modelo político, un modelo basado en la autogestión local, ser el primer país africano en eliminar la malaria. La soberanía del pueblo caboverdiano es irreprochable y un ejemplo a seguir.
En Mozambique, por primera vez en varios años, la RENAMO (Resistencia Nacional de Mozambique) ha ganado con mayoría absoluta a la FRELIMO (Frente de Liberación de Mozambique) en las elecciones autonómicas. La FRELIMO, un partido político que lleva cerca de 40 años en el poder en Mozambique, está en sus horas bajas. La juventud y el pueblo mozambiqueño van pidiendo a gritos cambios y buena gestión.
En Angola, la corrupción, el alto coste de vida, los innumerables viajes injustificados del presidente, Joao Manuel Gonçalvez Lourenço, al extranjero, el alto gasto superfluo del Estado en caprichos para sus allegados, así como el hartazgo popular por los más de 40 años del gobierno del MPLA, van llevando a la población, especialmente a la juventud, a una serie de actos contestatarios contra este gobierno, al que no le tiembla el pulso en llenar las cárceles del país con presos políticos y condenar a la población a la extrema pobreza.
África se levanta y ruge. Atrás se está quedando aquella juventud pacífica, que esperaba a las potencias extranjeras para la resolución de sus problemas. Hoy, la soberanía de los pueblos africanos es fuerte y decisiva.
La juventud africana no olvida los ideales de los grandes panafricanistas, como Thomas Sankara, Nelson Mandela, Senghor, Jonas Savimbi, Agostinho Neto, Samora Machel, Kwame Krumah, Cheik Anta Diop, Deolinda Rodrigues, Winnie Mandela, Miriam Makeba… entre otros.
África está luchando para dejar de ver a sus hijos e hijas morir ahogados y ahogadas en el mar Mediterráneo. Está luchando para que la ciudadanía africana deje de ser vista como la última entre las últimas, y va rugiendo, mostrando lo que es en realidad, fuerte, rica, valiente, soberana y capaz.
Ubuntu Umoja.
Viva el 25 de mayo.
Trabajadora Social, doctorada en Administración y Política Pública por la UPV/EHU y activista por los Derechos Humanos